Es otro sur. Un sur donde la naturaleza, grandiosa, serena y diversa, se extiende entre los Pirineos, las Cévennes y el mar Mediterráneo. Y donde la piedra cobriza guarda la memoria de los siglos, desde la Nîmes romana hasta los castillos cátaros, pasando por las ciudades medievales de Carcasona o Rocamadour. Y empezando por la más rosa de todas: ¡Toulouse! Festiva, acogedora y cultural, la capital regional encarna la dulzura de vivir de Occitania en cada uno de sus rincones, desde el barrio de Carmes hasta los muelles del Garona.
¿Qué ver y visitar en Occitania? : los lugares imprescindibles
Ladrillos rosados, fortalezas medievales y vestigios romanos
La región de Toulouse, capital de Occitania, y el casco antiguo de Albi
Para captar el espíritu de la región de Occitania, en un ambiente acogedor, y ver la vida de color de rosa, ¡dirígete a Toulouse! Sus tonos cobrizos y sus monumentos de ladrillo le confieren una personalidad singular. El Capitolio, el Ayuntamiento con su interminable fachada neoclásica, la basílica de Saint-Sernin, obra maestra del arte románico, o el gótico convento de los Jacobinos son visitas obligadas. Sin olvidar el hotel d'Assézat, uno de los más deslumbrantes palacetes renacentistas que salpican sus patios y callejuelas. Pero Occitania conserva muchas otras joyas legadas por geniales constructores, empezando por la ciudad episcopal de Albi, una joya arquitectónica con su catedral de Santa Cecilia, obra maestra del arte gótico con millones de ladrillos, que alberga una vasta colección de pinturas renacentistas. El Canal du Midi atraviesa Toulouse, llenando la ciudad de encanto e historia.
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Carcasona, Rocamadour, Montpellier y los castillos cátaros
Occitania invita a viajar en el tiempo hasta la Edad Media. La ciudad fortificada de Carcasona, con su imponente muralla salpicada de 52 torres, donde también pasa el Canal du Midi, y la ciudad medieval de Rocamadour, encaramada en un acantilado a 150 metros sobre el cañón del Alzou, impresionan tanto como el pueblo de Conques, cuya abadía alberga vidrieras contemporáneas realizadas por Pierre Soulages. Su obra se puede descubrir en el museo Soulages de Rodez. Más al este, en Montpellier, otra gran ciudad de la región, uno se pierde con gusto y deleite en las sinuosas callejuelas medievales del barrio histórico de l'Ecusson. Occitania también tiene una historia singular: aunque era independiente, la región finalmente tuvo que unirse al reino de Francia en el siglo XIII tras las cruzadas contra los albigenses. Este recuerdo impregna los castillos cátaros, ciudadelas fortificadas como Quéribus y Montségur.
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Tras las huellas de la historia en Nimes y Narbona
¡En Nimes nos sumergimos de lleno en la Antigüedad! Inspirado en el Coliseo de Roma, su inmenso anfiteatro, el mejor conservado del mundo romano, es una visita obligada. El viaje a la época romana continúa en el Museo de la Romanidad, en la Maison Carrée, inscrita en el Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2023, o en el Castellum, punto de llegada del acueducto de Nimes. Solo queda entonces recorrer 40 kilómetros hasta el Pont du Gard. A 49 metros de altura, se comprende toda la historia de este increíble acueducto con tres filas de arcos superpuestos que transportaba el agua hasta las fuentes, jardines y casas de Nimes, desde un manantial situado cerca de Uzès.
La Via Domitia, la carretera romana más antigua de Francia, atraviesa Narbona. La que entonces se conocía como «la hija de Roma» alberga varios vestigios romanos entre adoquines y galerías subterráneas del Horreum, así como el museo arqueológico Narbo Via.
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Canales, mesetas y cavidades naturales
Desde las mesetas calcáreas de las Grandes Causses hasta las salvajes landas del Aubrac, pasando por los bosques ancestrales de las Cévennes, los parques naturales de Occitania ofrecen panorámicas únicas y preservadas. Más al este, las Gargantas del Tarn en Lozère y Aveyron esculpen el relieve en vertiginosos cañones, salpicados por el viaducto de Millau, una proeza arquitectónica contemporánea. En el valle del Dordoña, la sima de Padirac revela sus misteriosas entrañas y su río subterráneo a 100 metros de profundidad, un espectáculo geológico poco común. Entre Sète y Toulouse, el Canal du Midi, parte meridional del Canal de los Dos Mares, serpentea por la región de Occitania en un bucólico paisaje entre plátanos, pueblos y esclusas. Por último, en el extremo sur de Occitania, el Circo de Gavarnie, en los Pirineos, ofrece un panorama grandioso entre cascadas y vertiginosos acantilados, un paraje natural excepcional.
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Costa occitana: marismas salvajes, playas de arena y pueblos pesqueros
El litoral occitano comienza en la Camarga, un vasto delta donde los pantanos se extienden hasta donde alcanza la vista. En este paisaje salvaje conviven caballos blancos, toros negros y flamencos rosados. No muy lejos, las murallas de Aigues-Mortes y el puerto de Grau-du-Roi recuerdan la historia y la identidad de este territorio preservado. Más al oeste, la laguna de Thau ofrece parques de ostras y puertos pesqueros con fachadas coloridas, como en Sète, escenarios de justas náuticas. Desde Gruissan hasta Leucate y Canet-en-Roussillon, las largas playas de arena, azotadas por el viento y la espuma del mar, son un paraíso para los amantes del surf y el windsurf. Por último, a los pies de los Pirineos, Collioure despliega sus coloridas callejuelas alrededor del puerto, donde se alinean las embarcaciones tradicionales. Joya de la costa Vermeille, dominada por viñedos en terrazas, este emblemático pueblo mediterráneo inspiró a numerosos pintores como Matisse o Picasso.
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Información práctica
¿Dónde se encuentra Occitania?
Occitania se extiende entre los Pirineos al suroeste, el Mediterráneo al este, el valle del Ródano al noreste y las mesetas del Macizo Central al norte. Se puede llegar a Toulouse en 3 h 15 min en tren desde Burdeos, a Nimes en 4 h 20 min desde Barcelona y a Montpellier en 3 h 18 min, también desde Barcelona.
¿Cómo visitar la región en tren con el Occitanie Rail Tour?
Creado en 2023, el Pass Occitanie Rail Tour permite a los visitantes viajar sin límites durante un periodo de entre 2 y 6 días consecutivos en trenes y autobuses regionales, por un precio de 10 € al día.







