Carcasona, un Patrimonio vivo en efervescencia

Carcasona, ciudad indispensable en el sur de Francia con dos sitios clasificados Patrimonio Mundial de la Humanidad, su ciudad medieval y el Canal del Midi.

Esta sería la frase fetiche típica utilizada por la enésima vez para describir una ciudad que sin duda es esto, pero que cuyos atractivos van mucho más allá...

Al pasar el puente levadizo el visitante descubrirá una fortaleza defensiva intacta radiante de belleza y testigo de un convulso pasado, eco de romanos, visigodos, sarracinos, francos, cátaros… ; pero la mayor sorpresa no será esta evidencia sino descubrir que Carcasona supo adaptarse a través de los siglos y sobre todo a nuestra época. Pasear a través de sus callejuelas es un viaje al pasado en un sitio que dista de un museo empolvado y encerrado en sí mismo. En sus plazas, sus locales de artesanía, pintura, sus comercios de productos locales se respiran vida, movimiento, dinamismo.

El puente levadizo que se queda fijo día y noche y las puertas cerradas son historia pasada pues la ciudad tal como una novia impaciente espera y acoge a sus innombrables visitantes: niños que corren con sus espadas y arcos contra imaginarios caballeros, parejas que admiran una puesta de sol, otras que recorren las lizas iluminadas dejándose llevar por la fantasía de sombras y luces, un caminante de Santiago que disfruta de una merecida pausa, personas en busca de lo místico que inunda el lugar que inspiró a pintores románticos, cinematógrafos , escritores. “La Cité” como la llaman los locales es esta mezcla de personas que vienen del mundo entero a impregnarse de la magia y de lo realmente maravilloso de este sitio situado a las puertas de España.

Carcasona es igualmente sinónimo de buen vino y de excelente gastronomía con sus tres chefs estrellados, platos tradicionales como la cassoulet, y un sinfín de restaurantes tradicionales y regionales que le harán venir el agua a la boca sólo al recordar luego una estancia en la ciudad. El viajero curioso sabrá disfrutar del mercado y del intercambio con los locales cuyos consejos forman parte de la hoja de ruta del pícaro visitante.

Si Luis XIV resucitara descubriría el honor que millones de visitantes le rinden cada año al embarcarse en el puerto de Carcasona para descubrir la obra maestra del Canal del Midi que atraviesa el sur de Francia. El paseo es un momento de relajación que nos hace olvidar el estrés cotidiano. Los más deportivos podrán recorrer sur orillas en bici y admirar esta obra de arquitectura de Pierre-Paul Riquet en el siglo XVII para unir el Atlántico con el Mediterráneo.
Precisamente este visitante lleno de energía se encontrará ante una larga gama de opciones que van del senderismo y la equitación a la práctica de golf con un campo de 18 hoyos a sólo tres minutos de la ciudad amurallada y con vistas panorámicas increíbles de los Pirineos.

Para los afortunados que llegan a la ciudad en julio, El Festival de Carcasona, clasificado entre los diez mejores festivales de Francia es un ejemplo de diversidad cultural que reúne diversas disciplinas: teatro, opera, música clásica, ballet, conciertos. Sus espectáculos permiten disfrutar de un marco único en el gran teatro neo romano de la ciudad medieval, rodeado de murallas y torres centinelas del ambiente festivo y testigos de la felicidad reflejada en los rostros de un público privilegiado.

Carcasona será su próximo destino, el destino que le hará salir del caos diario y vivir momentos inolvidables durante una primavera exclusiva, un verano entre torneos y conciertos, un otoño en medio de un mar de rojizos viñedos o un invierno al calor de la mágica chimenea y en presencia de las deslumbrantes animaciones Magia de Navidad.

Cita en Carcasona, en Occitania