Con un pie en el Atlántico, y el otro en la montaña: Biarritz y el País Vasco son como el pimiento de Espelette, uno de los productos estrella de la gastronomía regional, fuerte y dulce a la vez. La fuerza de un océano apreciado por los surfistas que ha creado un paisaje espectacular, alternando altos acantilados, extensas playas de arena y calas salvajes. Y la dulzura de un arte de vivir gastronómico y festivo heredado de una cultura única que se celebra en los pueblos durante las fiestas tradicionales. En la ciudad, las tiendas de moda reinventan las alpargatas, los tejidos vascos y las boinas, testimonio de una cultura vasca viva y creativa.
Lugares imprescindibles: ¿Qué ver en el País Vasco francés?
Biarritz, ciudad chic y deportiva
En apenas 40 kilómetros, la costa vasca despliega playas de ensueño y balnearios con una personalidad bien marcada, empezando por la muy elegante Biarritz. Con su arquitectura ecléctica que combina estilos Art Déco, neovasco o neonormando, la ciudad de Biarritz, hoy muy apreciada por surfistas… y también por golfistas, sumerge a los visitantes en la atmósfera de la Belle Époque, cuando el Hôtel du Palais, clasificado como Palace de France y situado en la Grande Plage, era el refugio de la emperatriz Eugenia.
Tras pasar frente al casino de Biarritz de estilo Art Déco, el paseo continúa por la costa pasando por el puerto de los pescadores y sus encantadoras casitas de colores, el Rocher de la Vierge —curiosidad natural accesible por una pasarela— y el acuario con sus 500 especies, tiburones, focas y medusas incluidas, antes de llegar a la Côte des Basques, uno de los spots de surf más conocidos de Francia. Al otro lado de la Grande Plage, el faro de Biarritz ofrece un panorama único de la región desde lo alto de sus 248 escalones.
Playas del País Vasco francés y la costa vasca y las playas: festiva y oceánica
Acantilados abruptos, pequeños puertos de pescadores, calas secretas y largas playas de arena… Del sur de Biarritz hasta Hendaya, el sendero del litoral revela un mosaico de paisajes espectaculares.
Guéthary
Refugio de paz, este antiguo puerto pesquero del siglo XVII es un lugar que seduce con sus calas preservadas, sus discretas playas y las casas con entramado de madera en las callejuelas del pueblo.
San Juan de Luz
Clasificada entre las bahías más bellas del mundo, la Bahía de San Juan de Luz (Saint-Jean-de-Luz) está bordeada de casas de armadores, de la iglesia de San Juan Bautista —donde el rey Luis XIV se casó con María Teresa de Austria— y del jardín botánico del litoral, compuesto por pinos, robles y brezales marítimos.
Hendaya y la Cornisa vasca
La estación balnearia ofrece tres kilómetros de arena fina, intercalados con acantilados esculpidos por el océano y el viento. En este tramo, el sendero del litoral brinda panorámicas deslumbrantes sobre calas salvajes.
Castillo de la Abbadia
Edificio neogótico situado en la Cornisa Vasca y clasificado como monumento histórico, el Castillo de la Abbadia forma parte de un vasto dominio que incluye un parque, jardines y un observatorio astronómico con vistas al océano.
Los deportes de surf
Cuna del surf en Europa, la costa vasca alberga lugares de renombre como Cavaliers, La Barre o La Chambre d’Amour en Anglet, y Erretegia en Bidart, donde las olas atraen a apasionados de todo el mundo.
Los campos de golf
El litoral vasco cuenta con algunos de los greens más bellos de Francia, desde el Golf de Biarritz-Le Phare hasta Arcangues, pasando por Ilbarritz o incluso el campo de prácticas de Urrugne, en la Cornisa Vasca con magníficas vistas.
En el interior del País Vasco francés: vivo y auténtico
Entre pueblos típicos, valles verdes y montañas de pendientes (no siempre) suaves, el interior del País Vasco francés revela una región preservada donde la naturaleza se mezcla con tradiciones vibrantes.
Le Petit Bayonne
Este pintoresco barrio, con altas casas renacentistas a lo largo de los muelles y callejuelas medievales, este lugar vibra cada verano al ritmo de las Fiestas de Bayona: cinco días de música, danzas, corridas y carreras de vaquillas. Es todo el País Vasco el que celebra sus tradiciones durante fiestas populares animadas con cantos, partidos de pelota y farándulas. En el barrio, pequeñas tiendas reinterpretan el savoir-faire vasco: alpargatas, tejidos a rayas y la imprescindible boina.
Espelette
A los pies de las colinas, este pueblo es inseparable de su pimiento rojo, colgado en guirnaldas sobre las fachadas blancas y rojas. La iglesia de San Esteban, el Castillo de los Barones de Ezpeleta y el museo Etxea, dedicado a la historia y a la cultura del pimiento, forman parte de los lugares de visita obligada.
Saint-Jean-Pied-de-Port, Ainhoa y La Bastide-Clairence
Clasificados entre Los pueblos más Bellos de Francia, estos tres tesoros reflejan la identidad vasca. Etapa importante del Camino de Santiago, Saint-Jean-Pied-de-Port seduce con sus murallas, sus casas de piedra rosa y su puente sobre el Nive. A pocos kilómetros, Ainhoa revela sus calles adoquinadas y sus fachadas con entramado de madera, mientras que La Bastide-Clairence encanta con sus galerías de artesanos. En el corazón del País Vasco, el pueblo de Saint-Palais, antigua capital del reino de Navarra, es conocido por su festival de fuerza vasca.
El Valle de los Aludes
Escondido en las montañas de Baja Navarra, este valle tranquilo cuenta únicamente con tres pueblos —Urepel, Banca y Les Aldudes—, conectados por carreteras sinuosas en plena naturaleza salvaje y preservada.
El bosque de Irati
El mayor hayedo de Europa, con 17.000 hectáreas, de las cuales 2.300 en Francia, es un auténtico pulmón verde que alberga lagos tranquilos, senderos de crestas y panorámicas sobre los Pirineos desde el pico de Orhy (2 017 m). Ciervos, jabalíes, aves raras, helechos y flores silvestres componen una fauna y flora ricas.
Las cuevas de Isturitz y Oxocelhaya
A unos treinta minutos de la costa vasca, estas joyas prehistóricas revelan un patrimonio arqueológico único. Espectaculares formaciones y pinturas rupestres convierten estas cuevas en un lugar clave del arte parietal. Más al este, las cuevas de Kakuetta, con su vegetación exuberante, situadas cerca del pueblo de Sainte-Engrâce, ofrecen un auténtico cambio de escenario (actualmente cerrado por obras de acondicionamiento).
La cima de La Rhune
A 905 metros de altitud, este pico mítico del País Vasco, accesible en tren cremallera, abre un amplio panorama desde el océano Atlántico hasta los primeros relieves pirenaicos. El macizo de La Rhune es refugio de numerosas especies, entre ellas los pottok salvajes (ponis), ovejas manech y buitres leonados.
Gastronomía vasca: lugares donde saborear las especialidades del Suroeste
Les Halles de Biarritz
Mercado cubierto de estilo Art Déco, situado a dos pasos del centro de la ciudad y de la Grande Plage, las Halles de Biarritz celebran cada día el patrimonio gastronómico del País Vasco. Los puestos rebosan de jamón de Bayona con tonos rosados, quesos Ossau-Iraty de aromas intensos, pasteles vascos rellenos de crema o mermelada, y productos condimentados con pimiento de Espelette.
El Atelier du Chocolat en Bayona
Especialidad imprescindible del País Vasco, el chocolate tiene su propio museo en Bayona, en pleno centro histórico. Ramos de chocolate, pralinés y tabletas con pimiento de Espelette, balones de rugby de chocolate… A través de sus creaciones gourmet y de un museo dedicado, el Atelier du Chocolat pone en valor el saber hacer local y la historia del chocolate en Bayona.
Del Atlántico al Nive: fuentes de bienstar en el País Vasco
Ya se trate de las aguas subterráneas de los valles o de las olas del océano Atlántico, el agua es una verdadera aliada del bienestar en el País Vasco.
La estación termal de Cambo-les-Bains
Situada en el valle del Nive, a treinta minutos de Biarritz, Cambo-les-Bains es una ciudad de aguas emblemática del País Vasco, famosa por su balneario de estilo Art Déco. A pocos metros, la Villa Arnaga, antigua residencia de Edmond Rostand, posee magníficos jardines de estilo francés inspirados en Versalles y un museo dedicado a este célebre escritor.
Los centros de talasoterapia de la costa vasca
Desde la playa de Miramar en Biarritz hasta la de Hendaya, pasando por la de Cavaliers en Anglet o la Grande Plage de Saint-Jean-de-Luz, los seis centros de talasoterapia de la costa vasca disfrutan de un entorno excepcional. Arena fina, sonido de las olas, océano infinito: la atmósfera del litoral atlántico realza los beneficios del agua de mar.
Información práctica sobre el País Vasco francés
¿Dónde se encuentra el País Vasco francés?
En el suroeste de Francia, a 200 km al sur de Burdeos, el País Vasco francés cubre unos 3.000 km². Su territorio se extiende a lo largo de la costa Atlántica, desde Anglet en el norte hasta Hendaya en el sur, y penetra hacia el interior hasta las montañas de los Pirineos.
Clima: ¿cuándo viajar al País Vasco francés?
El País Vasco disfruta de un clima suave todo el año, con temperaturas agradables que permiten surfear incluso en invierno. El verano es ideal para hacer senderismo en el interior y en la montaña durante unas vacaciones en familia, mientras que el otoño ofrece un "veranillo de San Miguel" perfecto para paseos junto al mar y descubrimientos culturales.
¿Qué lengua(s) se hablan en el País Vasco francés?
En el norte del País Vasco se habla principalmente francés, pero el euskera sigue vivo, sobre todo en los pueblos del interior y en las escuelas primarias. La señalización bilingüe facilita el descubrimiento de la cultura local.
