Córcega: un concentrado de tierra, mar, sabores y patrimonio en la isla de la belleza

Erbalunga, en Haute-Corse

Córcega, un auténtico continente en miniatura, se alza en medio del Mediterráneo. Sus paisajes, monumentos y playas paradisíacas la convierten en un destino ideal para practicar senderismo, relajarse y descubrir un patrimonio y unas tradiciones milenarias.

El litoral corso, con una longitud total de más de 1.000 km, es el más variado y de mayor riqueza de Francia: aguas cristalinas, inmensas playas de arena fina, pequeñas calas desiertas o acantilados de granito poblados por aves marinas, Córcega ofrece una variedad de paisajes marinos única en el Mediterráneo.

Desde Cap Corse, pasando por las islas Lavezzi y las inmensas playas (Ricanto, Ostriconi, Palombaggia, Santa Giula...), los cabos de Porto y Girolata y las Calanches de Piana (catalogadas por la UNESCO), descubre las múltiples facetas de este litoral.

Esta diversidad de paisajes se presta a un amplio abanico de actividades, desde el senderismo por el famoso GR 20 hasta la exploración del desierto de Agriates, Castaggniccia y el bosque de Ospédale, sin olvidar el golf (en Spérone) y todo tipo de deportes náuticos.

El Parque Natural Regional de Córcega cubre dos tercios de la superficie de esta región protegida, que asimismo alberga 5 reservas naturales y parques marinos.

Una montaña en el mar

Córcega es una isla muy montañosa, donde se alternan paisajes dantescos de picos, agujas y lagos con vastas y apacibles mesetas.

En el corazón de Córcega, las montañas son las guardianas de sus tradiciones e identidad, y el escenario natural de pueblos con robustas casas de piedra. Por todas partes, las rutas de senderismo te llevarán al corazón de una Córcega auténtica y generosa.

Todos los esplendores naturales de Córcega se revelan en las gargantas de Restonica, el Monte Stello y los acantilados de Bonifacio. La Marine de Bonifacio te invita a relajarte a orillas del Mediterráneo.

Una tierra de cultura

Tierra de cultura genovesa y luego francesa, Córcega se enorgullece de sus tradiciones vivas y costumbres ancestrales, plasmadas en sus voces, su música y su artesanía.

El Museo Nacional de la Casa de Bonaparte y el Museo Fech de Ajaccio y Corte, en el corazón de la isla conocida por su patrimonio civil y religioso, recorren la historia de Córcega.

Si la iglesia San Juan Bautista en Bastia, la más grande de Córcega, te impresiona, el encanto románico de la iglesia de San Miguel en Murato te sorprenderá por su originalidad. La iglesia griega de Cargèse se sitúa en el corazón de las tradiciones corsas. Y la belleza de los pueblos de Sant'Antonino y Piana te encantarán.

La cocina corsa: un universo culinario lleno de carácter

Sus embutidos (coppa, lonzu, prisuttu, figatellu) acompañan a la polenta hecha con harina de castaña o a ricas sopas. Pescados, mariscos y otros platos se realzan con hierbas locales, como el orégano, la mejorana y la menta.

Brocciu, elaborado con el suero del queso de cabra u oveja, venachese, orezzincu o calenzana son quesos típicos de esta tierra de pastores. La miel es también uno de los productos estrella de Córcega.

En cuanto al vino, prueba la calidad de las denominaciones AOC, como Nielluccio, Vermentino, Sciaccarello... Córcega te refrescará con Orezza, Zilia o Saint-George, para degustar como aperitivo, con Pastis, que tiene como rival el legendario aperitivo Cap Corse.

Descubre Córcega de forma original y divertida

Toma asiento en el tren U Trinichellu/Córcega de Ajaccio a Calvi, pasando por Bastia. Te llevará a la ciudadela de Calvi, donde se celebran el Festival de Jazz de Calvi y el Festival des chants polyphoniques. En otoño, el Festival du Vent insufla nueva vida a la ciudad.

En Ajaccio y Sartène, el Carnaval de Córcega siembra el ambiente festivo.

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