Qué hacer en París

Desde hace más de 130 años, la Torre Eiffel domina el Sena y sigue seduciendo, sobre todo por la noche, cuando se ilumina cada hora. ¡Desde sus 325 metros de altura, la Dama de Hierro impresiona! Si decides no utilizar el ascensor, tendrás que subir 674 escalones para llegar a los pisos superiores y disfrutar de unas vistas impresionantes de París.

¿Qué hay más parisino que tomar un café en una terraza a cualquier hora... y en cualquier clima, observando pasar a los transeúntes? En el corazón del elegante barrio de Saint-Germain-des-Prés, el Café de Flore y Les Deux Magots son visitas obligadas. Hay otros lugares emblemáticos por descubrir en todos los rincones de la capital, como el Café de la Paix, frente a la Ópera Garnier, el Vaudeville, cerca de la Place de la Bourse, o el Café Charbon, en la rue d'Oberkampf.

 

¿No sabes qué comer? No hay nada mejor que los food court para ayudarte a elegir. Y si no tienes mucha hambre, pasear de puesto en puesto despertará tus sentidos... Para disfrutar de un ambiente agradable y festivo, dirígete a La Felicità o Ground Control, no muy lejos de la estación de Lyon. Si eres un buen gourmet, dirígete a La Grande Épicerie, junto a los grandes almacenes Le Bon Marché, o a Beaupassage. Sin olvidar las Galeries Lafayette Gourmet, justo enfrente de la Ópera Garnier. Y si te encuentras en el Marais, déjate tentar por los sabores mediterráneos de Eataly o por el auténtico mercado de los Enfants Rouges, una verdadera institución parisina.

En el corazón del Parque de la Villette, al norte de París, la Ciudad de las Ciencias es el reino de los pequeños genios, con varios espacios de descubrimiento que combinan manipulaciones, experiencias interactivas y exposiciones lúdicas dedicadas a niños de 2 a 12 años. Los secretos de la ciencia dejarán de tener secretos para ellos... y para sus padres. Después de la visita, da un paseo por el canal de l'Ourcq, a pie o en barco eléctrico.

Diseñado en el siglo XVII por André Le Nôtre, jardinero del rey, el jardín de las Tullerías forma un armonioso nexo entre la plaza de la Concordia y el museo del Louvre, salpicado de estanques, estatuas... y la vasca olímpica que cada verano se eleva hacia el cielo de París. Propicio para los paseos en familia y los pícnics improvisados, también es un terreno de juego ideal para los aficionados al footing. Otros parques y espacios verdes permiten visitar París corriendo, como el jardín de Luxemburgo, el parque Monceau, el parque de Buttes-Chaumont o la vía verde que une la plaza de la Bastilla con el bosque de Vincennes.

¿Prefieres los mercadillos, las tiendas de lujo o las boutiques de diseñadores? En París, los amantes de las compras tienen mucho donde elegir. Con 5 millones de visitantes al año, el Marché des Puces (mercadillo o rastro) de Saint-Ouen, al norte de París, es el mayor mercado de antigüedades y objetos de segunda mano del mundo. Para encontrar piezas originales y de moda, dirígete al Marais y al canal Saint-Martin. Con la llegada de las fiestas de Fin de Año, los animados escaparates de los grandes almacenes del bulevar Haussmann maravillan, al igual que los escaparates de las tiendas de lujo de la avenida Montaigne. También se pueden encontrar bonitos objetos en las tiendas de los museos para traerte de regalo.

Escenografías mágicas, ritmos irresistibles, trajes resplandecientes, bailarines y bailarinas reclutados en todo el mundo, pedrería y lentejuelas a raudales... Desde el Moulin Rouge hasta el Lido, pasando por el Crazy Horse y el Paradis Latin, los famosos cabarets parisinos perpetúan y revisitan la tradición de las revistas de music-hall, heredadas del siglo XIX.

Bistrós, restaurantes gastronómicos, restaurantes con estrellas Michelin... Descubrir la gastronomía francesa es una de las actividades imprescindibles durante una estancia en París. Numerosos chefs ofrecen una cocina creativa inspirada en recetas tradicionales de bistrós como el Chateaubriand o el Dauphin. Tienen su lugar junto a los grandes chefs con estrellas Michelin, como Alain Ducasse, Pierre Gagnaire, Yannick Alléno, Guy Savoy o Alain Passard. Y las brasseries parisinas también tienen su ambiente y sus especialidades, ¡basta con ir a cenar a La Lorraine o a Floderer para descubrirlo!

Y para probar los restaurantes gourmet de Emily in Paris, acérquese al bistrot Le Temps des Cerises, al histórico Grand Véfour o a la nueva Brasserie des Prés.

Con 10 hectáreas reservadas para la movilidad sostenible, las orillas del Sena son ideales para visitar París en bicicleta. Desde el Grand Palais hasta Notre-Dame de París, pasando por el puente Alexandre III y la plaza de la Concordia, se pueden contemplar todos los monumentos emblemáticos de la capital francesa y el decorado de los Juegos Olímpicos de París 2024. Al igual que los atletas, súbete a bordo de los barcos turísticos, saluda a la multitud reunida en los puentes... y date un chapuzón en las zonas habilitadas para el baño. Aprovecha también las guinguettes y las péniches para dar unos pasos de baile, ¡porque París es una fiesta!

Entre obras de teatro, óperas y espectáculos, la capital ofrece una rica programación cultural. Para disfrutar de un concierto de música clásica, acércate a la Filarmónica de París, sede de la Orquesta Nacional de Francia, o a La Seine Musicale, en la isla Seguin. ¿Te apetece bailar? Asiste a un ballet en la Ópera Bastille o déjate sorprender por la Ópera Garnier, famosa por su cúpula pintada por Marc Chagall. Y si te atrae el teatro, entra en salas emblemáticas como Mogador, Édouard VII, Les Bouffes-Parisiens o incluso el Odéon. Sea cual sea la sala que elijas, vivirás una experiencia única.

A las puertas de París, los paisajes del Valle del Sena han inspirado a numerosos artistas. Siguiendo la ruta ciclista «La Seine à vélo», aprovecha para hacer una parada en la isla de los impresionistas para descubrir las obras reproducidas de Sisley, Monet, Renoir, Degas o Manet. En Auvers-sur-Oise, visita la Casa de Van Gogh, donde el pintor creó cerca de un centenar de cuadros, la Casa del Doctor Gachet que trató al pintor durante sus últimas semanas y el Museo Daubigny.

Con 35.000 obras expuestas, el Louvre es uno de los museos más grandes del mundo. Desde antigüedades egipcias hasta pinturas del siglo XIX, pasando por objetos de arte medieval y arte islámico, viajarás a través del tiempo y los continentes. A lo largo de tu visita, tanto de día como de noche, te encontrarás con figuras famosas como la Venus de Milo y la imprescindible Mona Lisa, obra maestra de Leonardo da Vinci. Un consejo: síguela con la mirada...

Barrio emblémático de artistas y pintores;; con ambiente de pueblo, Montmartre invita a pasear. Camina por la rue Lepic y la rue des Abbesses, entre pintorescas tiendas y boutiques de moda, y luego sube hasta la place du Tertre, donde caricaturistas y retratistas captarán tus rasgos con unos pocos trazos de lápiz. En la cima de la colina, las escaleras de la basílica del Sagrado Corazón ofrecen una vista panorámica excepcional de París, perfecta para una sesión de fotos.

Déjate seducir por el ambiente relajado y la diversidad del Barrio Latino, muy apreciado por los estudiantes y los literatos. Comienza por los jardines y monumentos emblemáticos, como el palacio y el jardín de Luxemburgo, el Panteón o las Arenas de Lutecia, y continúa tu paseo por las animadas calles, desde la rue Mouffetard hasta la place de la Contrescarpe y el boulevard Saint-Michel, donde las antiguas librerías y los pintorescos cafés dan vida al barrio.

A pocos pasos del Sena y del puente Alexandre III, el Grand Palais destaca por su majestuosa estructura de hierro y su cúpula de cristal resplandeciente, recientemente renovada. En invierno, durante las fiestas de Fin de Año, ven a vivir un momento mágico en la gigantesca pista de patinaje instalada bajo la nave. Reabierto con motivo de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, este emblemático monumento de la capital acoge grandes exposiciones de arte moderno y contemporáneo, incluso para niños, y también se organizan ferias y desfiles de moda.

Construida íntegramente en cristal transparente, monumental y ligera a la vez, la Fundación Louis Vuitton, diseñada por el arquitecto Frank Gehry, es uno de los museos imprescindibles que visitar en París. Recorre sus amplios espacios y descubre importantes exposiciones de arte contemporáneo acompañadas de innovadoras instalaciones artísticas. Las terrazas panorámicas ofrecen magníficas vistas del bosque de Boulogne y del Jardín de la Aclimatación.

Danzas barrocas, trajes suntuosos y música de época: sumérgete en el fasto de la corte francesa durante una visita-espectáculo al Palacio de Versalles. Tras esta baile en la Galería de los Espejos, explora los aposentos reales, la Galería de las Batallas, la capilla y la ópera real, antes de jugar al escondite en los jardines a la francesa. Desde el Gran Trianón hasta la Aldea de la Reina, pasando por el Templo del Amor, pasea entre los estanques y fuentes magníficamente iluminados durante las Grandes Eaux, un espectáculo mágico.

Se la conoce como la avenida más bonita del mundo. A lo largo de casi 2 kilómetros, desde el Arco del Triunfo hasta la plaza de la Concordia, donde se alza el Obelisco de Luxor, los Campos Elíseos albergan restaurantes, tiendas de lujo, cines y jardines. También es el lugar donde se celebran grandes concentraciones populares y festivas, como el desfile de la Fiesta Nacional del 14 de julio. Si estás de paso por París a finales de julio, prepárate para vibrar con cada paso de los corredores del Tour de Francia, que recorren los adoquines de los «Champs» en la última etapa de la Grande Boucle.

En la parte alta de los Campos Elíseos, 12 amplias avenidas convergen en la plaza de la Étoile. En el centro, un imponente edificio reconocible desde lejos, el Arco del Triunfo, símbolo de las victorias militares francesas desde la Revolución. En la cima, a 50 metros sobre la tumba del soldado desconocido, te espera una terraza panorámica. Sube los 284 escalones y admira cómo se ilumina la ciudad al caer la noche, luego diviértete reconociendo los monumentos parisinos, por un lado, las torres de La Défense, por el otro, la plaza de la Concordia. ¡Impresionante!

El brunch dominical forma parte ya del arte de vivir parisino. Para disfrutar de una pausa elegante y gourmet, acércate a los acogedores salones de los hoteles con categoría palace parisinos. Desde el Ritz hasta el Royal Monceau, pasando por el Shangri-La o el Peninsula, los hoteles de lujo de la capital ofrecen platos refinados acompañados de una copa de champán. A la hora de la merienda, déjate tentar por los pasteles y dulces.

La isla de la Cité, cuna histórica de París, conserva el aspecto de un pueblo medieval situado a orillas del Sena. Pasea por los muelles hasta llegar al Pont Neuf antes de dirigirte a la majestuosa catedral de Notre-Dame de París, obra maestra del arte gótico, que volvió a abrir sus puertas a los visitantes a finales de 2024 tras el incendio del 15 de abril de 2019. A continuación, cruza el puente Saint-Louis, que pronto acogerá el monumento a los campeones en homenaje a los atletas medallistas de los Juegos de París.

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¿Prefieres un crujiente Saint-Honoré, un delicado milhojas, un fundente Opéra o una Religieuse de chocolate? En París, estos clásicos de la pastelería francesa se reinventan gracias al saber hacer de Pierre Hermé, Cédric Grolet o Philippe Conticini. Y si el chocolate es tu debilidad, date un capricho en Angelina, prueba las sutiles creaciones de Jacques y Jade Genin o déjate sorprender por las esculturas de chocolate de Patrick Roger. ¡Buen provecho!

Klimt, Van Gogh o Monet... Ven a admirar las obras de los artistas más importantes proyectadas en los suelos, techos y paredes monumentales de una antigua fundición parisina transformada en centro de arte digital. Las imágenes de los cuadros se suceden al ritmo de bandas sonoras cautivadoras. Una experiencia inmersiva que no te puedes perder.

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Para disfrutar de la puesta de sol en París, está, por supuesto, Montmartre, los puentes del Sena, pero también los rooftops. Tómate una copa en el Perchoir Ménilmontant, al este de la capital, para disfrutar de las vistas del Sacré-Cœur, o en el Terrass’’ Hotel, al pie de la colina. Para disfrutar de una vista panorámica de París, dirígete al Too TacTac Skybar, el más alto de todos. Al otro lado del Sena, el Laho, cerca de la estación de Lyon, ofrece un ambiente acogedor, mientras que Madame Rêve, cerca del Louvre y del jardín del Palais-Royal, seduce por su atmósfera intimista.