Un baño de cultura en La Piscine de Roubaix

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La Piscine en Roubaix, ahora rodeada de estatuas, con su vidriera que representa el sol.
© Alain Leprince / M.A.I.A.D Roubaix - La Piscine en Roubaix, ahora rodeada de estatuas, con su vidriera que representa el sol.

Tiempo de lectura: 0 minPublicado el 19 marzo 2024

La Piscine de Roubaix, antaño lugar de encuentro de los bañistas de Roubaix, alberga hoy el Museo de Arte e Industria André Diligent, considerado uno de los lugares más fascinantes del mundo según el New York Times. No necesitas gafas de bucear para descubrir este lugar excepcional de Altos de Francia.

Estilo Art Déco para nadar

Construida al estilo de una abadía, con 4 alas en torno a un jardín interior, La Piscine es obra del arquitecto Albert Baert, que dedicó 5 años al proyecto, entre 1927 y 1932. En este entorno marcadamente Art Déco, ultramoderno para su época, muchos habitantes de Roubaix mejoraron su estilo de nadar durante 50 años.

Sin embargo, en 1985 tuvieron que aceptar el cierre de su piscina, cuya frágil bóveda amenazaba su seguridad. No fue hasta 2001, tras 16 años de obras, cuando La Piscine restaurada reabrió sus puertas, esta vez como museo.

De la piscina central queda ahora una lámina de agua, en homenaje a la función original del edificio. El lugar queda realzado por el pórtico de Sandier y el techo de cristal de colores que representa el sol. 

La entrada a La Piscine de Roubaix, con sus ladrillos rojos originales.
© Alain Leprince M.A.I.A.D Roubaix - La entrada a La Piscine de Roubaix, con sus ladrillos rojos originales.

Arquitectura notablemente restaurada

Las antiguas cabinas de ducha de los bañistas han perdido su función original y se han convertido en vitrinas para una gran colección de cerámica. Se pueden admirar jarrones y estatuillas procedentes directamente de la Manufactura de Sèvres, así como piezas de Picasso y Fernand Léger.

A ambos lados del agua, ahora se puede admirar el jardín de esculturas: una colección que incluye cuatro figuras de Alfred Boucher (Esperanza, Fe, Ternura y Caridad).

El jardín de esculturas da a lo que queda de la antigua piscina central.
© Alain Leprince M.A.I.A.D Roubaix - El jardín de esculturas da a lo que queda de la antigua piscina central.

Espacios eclécticos

Más allá de lo queda de la piscina central, hay una serie de espacios que ofrecen al visitante una experiencia rica y variada. Ya sea en el jardín botánico, que recuerda a un claustro, o en los antiguos baños de La Piscine, donde ahora puede admirarse la colección de Bellas Artes, el museo presenta cada año varias exposiciones temporales. También hay colecciones de arte contemporáneo, moda y diseño, que incluyen obras de Stark, Gavoille, Garouste y Bonelli... 

Una colección textil excepcionalmente rica

Lo que hace tan especial al museo es su vinculación histórica con la industria textil. Verdadero testimonio de un saber hacer ancestral, y gran fuente de inspiración para los diseñadores contemporáneos, la tejeduría de La Piscine contiene cerca de 30.000 piezas de tejidos y 2.000 libros de muestras, colecciones y muestrarios de colores. Una auténtica mina de oro para los amantes de los tejidos.

Ampliación del espacio

Tras el éxito mediático y de público de su reapertura en 2001, La Piscine llevó a cabo una segunda fase de obras, ampliando sus espacios para acoger y exponer todas sus colecciones, fruto de recientes adquisiciones y donaciones. Tras permanecer cerrada al público durante 18 meses, La Piscine reabrió sus puertas en octubre de 2018 con más de 2.000 m2 de espacio adicional.

Gracias a esta ampliación, indispensable debido a su política de adquisiciones muy dinámica durante los últimos 20 años, La Piscine de Roubaix puede ahora presentar a los visitantes una rica selección de 400 obras de una amplia gama de disciplinas artísticas (carteles, grabados, joyas, cerámica, muebles, maquetas, moda, pintura, textiles y esculturas). Es un escaparate art déco donde el arte ocupa un lugar central.

Consejos y Recomendaciones

Patrimonio industrial de Roubaix, Manufacture des Flandres, talleres de artistas, festival de música, salón del cómic y de las artes gráficas, feria de arte... Roubaix es, sin duda, una ciudad que saciará los apetitos artísticos más insaciables. Para llegar de forma eco-responsable, no dudes en tomar el tren hasta Lille. Desde Lille, sólo hay 20 minutos en transporte público hasta Roubaix. ¿Quieres explorar las ciudades de los alrededores? El metro, el tranvía, el autobús y el tren conectan Roubaix con Tourcoing o Villeneuve-d'Ascq. Para disfrutar de la tranquilidad y contribuir a la protección del medioambiente. ¿Tienes apetito? A la hora de comer fuera, no olvides dar preferencia a los productos locales y de temporada. Es una buena oportunidad para darse un capricho a menor precio. ¡Te deseamos un buen chapuzón por el arte y la región de Altos de Francia!

Por Charlotte Chiron

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