Historia del árbol de Navidad

En Navidad, el abeto ocupa un lugar destacado en las plazas de las ciudades y pueblos alsacianos. Su esencia amaderada perfuma los hogares, mientras que las ramas se utilizan para hacer las famosas coronas de Adviento. Símbolo de las tradiciones ancestrales y emblema de las fiestas, ahora proyecta su majestuosidad por toda Alsacia.

Sélestat, cuna del árbol de Navidad

En Alsacia, y más concretamente en Sélestat, el árbol de Navidad ocupa un lugar de honor. Acércate a la Biblioteca Humanista para descubrir la primera mención escrita del árbol de Navidad, conservada de forma preciosa.

En 1521, el contable de la ciudad de Sélestat tomó la pluma y escribió una nota en el libro de cuentas de la ciudad que pasará a la historia. Menciona un gasto de 4 chelines para pagar a los guardias forestales, encargados de vigilar los abetos del bosque comunal. Añadió que los habitantes de la ciudad podrán llevarse gratuitamente un abeto para decorarlo "como se ha hecho desde tiempos inmemoriales".

El abeto en todas sus formas

Si hoy el árbol de Navidad se entroniza humildemente en el salón o el comedor, en Alsacia no siempre fue así. Originalmente, el árbol de Navidad se colgaba de una viga del techo antes de colocarlo en el suelo. A continuación, se vistió con un adorno natural hecho de manzanas rojas, que recuerda el fruto de la tentación, y de hostias, que representa la redención.

Con el tiempo, las manzanas y las hostias dieron paso a los dulces: bredele, gofres, pan de jengibre y todo tipo de golosinas se añadieron a las ramas del árbol. Hoy en día, los objetos de madera, vidrio y cerámica han sustituido a las golosinas.

Una evolución de las decoraciones y tradiciones ornamentales del árbol de Navidad que se descubrirá durante una sublime exposición en la iglesia de Saint-Georges de Sélestat. Cada año se presentan varios árboles: suspendidos del techo en la nave como en su origen o expuestos de forma más moderna, con los pies en el suelo en la cripta, decorados con creaciones de diseño.

Exposición en la iglesia de Saint-Georges de Sélestat (Enlace externo)

El gran abeto, símbolo de la Navidad en Estrasburgo

Durante tu estancia en Alsacia, hay un lugar que no debes perderse: ¡el Grand Sapin de Estrasburgo! Erigido en la plaza Kléber, es el mismo lugar donde se reunen muchos vendedores de árboles de Navidad. En la actualidad, el abeto protege la plaza y la ciudad durante todo el periodo festivo. Majestuoso, reluciente, sus 30 metros de altura lo convierten en uno de los árboles naturales decorados más altos de Europa, ¡nada menos! La estrella de la Navidad alsaciana, su descubrimiento es un verdadero momento de asombro para todos.

Entre la tradición y la modernidad

En Ungersheim, el Ecomuseo de Alsacia invita a grandes y pequeños a recordar las costumbres del pasado. En Navidad, ofrece un taller de elaboración de adornos navideños. Aprovecha el saber hacer de los artesanos para aprender a confeccionar objetos para colgar en tu árbol, según las tradiciones de antaño. En el corazón de una auténtica casa con entramado de madera, perfumada por el olor a bredele horneado, sigue las instrucciones paso a paso y da rienda suelta a tu creatividad.

¿Buscas inspiración? Ir a Sélestat para el concurso "Mon Beau sapin". Diseñadores, artistas y aficionados dan rienda suelta a su imaginación para reinventar el árbol de Navidad de forma innovadora y original. Cada año se exponen más de 100 creaciones artísticas diferentes de árboles de papel, hierro, madera o metal.

Encuentra tu taller (Enlace externo)

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