La Torre Eiffel, la Dama de Hierro

La Torre Eiffel, icono mundial y símbolo inseparable de París y Francia, asombra a visitantes de todo el mundo. Con sus 324 metros de altura, la famosa "Dama de Hierro" domina la ciudad de París desde 1889. Aunque no es la residencia del Presidente de la República, la Torre Eiffel es sin duda la primera dama de Francia. Descubramos sin más preámbulos los secretos de esta torre sin igual.

La Dama de Hierro, icono parisino

La Exposición Universal de París de 1889 la vio nacer. Desde entonces, las orillas del Sena son su reino, la Torre Eiffel descansa sobre la alfombra verde de los jardines de los Campos de Marte frente a los del Trocadero.

La Torre Eiffel está ahí, a tus pies, como una invitación a escalarla, a admirarla desde dentro, bajo sus arcos de hierro. Como le gustaba describirla al poeta Jean Cocteau, en cuanto se posan los ojos en "La Belle Girafe en dentelle", las pupilas se dilatan.

Contemplar París desde más de 300 metros de altura es un placer que se gana paso a paso: 1.665 escalones a subir para los más atléticos o el ascensor para los amantes de las subidas vertiginosas. Tres pisos que se pueden subir para finalmente abrazar París y su magnífico horizonte.

La Dama de Hierro, la gran seductora

En el Campo de Marte, uno redescubre su alma de niño, cuando la torre se viste de luces por la noche. A veces incluso juega con fuego artificiales en ocasiones especiales como el día de la Fiesta Nacional, el 14 de julio. Sorprendentemente, el monumento de pago, el más visitado del mundo, no ha envejecido ni un ápice.

A finales del siglo pasado (1985-1990), la Torre Eiffel se renovó parcialmente: nuevos ascensores (4 en cada torre), una pérdida de peso (1.343 toneladas) y una iluminación digna de su elegancia para que siga afirmando su vocación de anfitriona de París, Ciudad de la Luz.

La construcción de la Torre Eiffel

¡Y pensar que estos instantes mágicos en la Torre Eiffel pudieron no existir! Una fuerte movimiento se oponía a la construcción de la Dama de hierro para la Exposición Universal de París (1889). Y el ingeniero Gustave Eiffel tuvo que defender su proyecto a capa y espada. A pesar de las descripciones como inútil y monstruosa pronunciadas por un colectivo de artistas, Gustave Eiffel, responde que esta torre es un "resumen de la ciencia contemporánea erigida a la gloria de París".

Después de 2 años, 2 meses y 5 días de trabajos, Eiffel ofrece este escaparate del savoir-faire francés que desafía las leyes de la física y se impone frente al viento. Inquebrantable, la Torre Eiffel se convierte, en los años 20, en este símbolo de modernidad y de tecnología avant-garde. Actualmente es el monumento más visitado del mundo.

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Los restaurantes de la Torre Eiffel

Desde un espacio de restauración para toda la familia, tienda de macarons, bar a Champagne o incluso 2 restaurantes para un almuerzo o una cena romántica, en la Torre Eiffel podrás disfrutar de lo mejor de la gastronomía francesa con París a tus pies.

Bar à Champagne (en la cima)
Se puede disfrutar de una copa de champán mientras con vistas a París. También hay bebidas no alcohólicas para deleitar a toda la familia, así como caviar o macarons.

Le Jules Verne (2º planta)
Inolvidables momentos gastronómicos que se viven a 125 m de altura (2º piso). Algunos escalones por subir y llegarás al último piso (3er piso). A 276 m aprovecharás de una vista panorámica de la capital.

Restaurante Madame Brasserie (1ª planta)
El chef Thierry Marx ofrece cocina bistronómica basada en productos de temporada y de proximidad, suministrados por productores locales, entre ellos, miembros de la "Guilde des artisans de la Tour Eiffel". Además, es posible degustar dos recetas exclusivas de macarons creadas para este espacio por Pierre Hermé.

Los Buffets (1ª y 2ª planta)
Cocina ligera y de calidad para comer in situ o para llevar para todos los gustos: dulces o salados, calientes o fríos.

Cita en la Torre Eiffel, en Paris 

Avenue Gustave Eiffel, 75007 Paris