La Basílica de Sacré-Coeur de Paris, ineludible

Dominando París desde lo alto de la colina de Montmartre, la Basílica de Sacré-Coeur no pasa desapercibida. Levantas los ojos... y aparece imponente. Su blancura guarda un secreto.

Colgada a 130 metros en la cima de la colina de Montmartre, la basílica del Sagrado Corazón de Montmartre no pasa desapercibida. Mirad hacia arriba... aparece allí, imponente y destacada.

Imponente...

Lo es por su estética de estilo románico-bizantino y blanco inmaculado, lo que contrasta con otros edificios religiosos de la capital.

La basílica del Sagrado Corazón es también un desafío a las leyes de la física, ya que ha exigido para su construcción la creación de pilares colosales. Tanto es así que se tuvo que construir cimientos muy profundos, 83 pozos de 38 metros de profundidad para asegurar el edificio. Lo que hace que algunas personas digan que es la basílica quien soporta la colina, llena de canteras de yeso (yeso), sinónimo de fragilidad.

El contraste...

Se encuentra su origen en la ubicación del monumento, en el corazón de París: el famoso barrio de Montmartre. El lugar de todos los placeres, despliega pedrería y lentejuelas en el pie de este lugar sagrado, único en el mundo, que cada año atrae a miles de peregrinos de toda Francia y del mundo.

Paradoja geológica

La basílica del Sacré Coeur sigue siendo una de los mejores regalos para la vista y las vistas. Y su color blanco no es el menor de sus encantos.

Desde 1914, a pesar de la contaminación y el paso del tiempo, el edificio sigue estando inmaculadamente blanco. ¿El secreto? Las piedras utilizadas en su construcción secretan una sustancia blanca (vidrio pulverizado), que bajo la acción de la lluvia, blanquea con más fuerza el edificio.

Paradoja de nuevo: en comparación con otros edificios religiosos de París, cuya construcción se remonta sobre todo al Renacimiento, el Sacré Coeur cuenta con tan solo un siglo. Sin embargo, es el monumento religioso más visitado de París, después de la Catedral de Notre-Dame.

Decorado y... altura

En el interior del Sacré Coeur, la decoración te deja sin palabras: un mosaico gigante, un gran órgano Cavaillé-Coll, e incluso tesoros (en una de sus criptas) sabrán satisfacer tu curiosidad.

¿Quieres elevarte más? Vamos camino a la cúpula, que se eleva a 83 m, con sensacionales vistas de París. Mágico, gigante, tentacular, la capital descansa a tus pies. Después de la Tour Eiffel, es el sitio más elevado de París.

Ahora echa un vistazo hacia arriba... y una sorpresa más: el Campanile (campanario) juega con la gravedad y las alturas, tiene la campana más famosa del país: "la Savoyarde", obra de 19 toneladas ofrecidas por las cuatro diócesis de Saboya.

Cita en la Basílica de Sacré-Coeur, en París