48 horas en Toulouse con Abby, de El Boquerón Viajero

Toulouse, es un destino polifacético en el que la historia, la vanguardia, el arte y la tecnología convergen de manera natural. Esto, hace que existan numerosos circuitos y diferentes formas de descubrir la ciudad. Hoy contamos con la experiencia de Abby, del blog El Boquerón Viajero, quien nos hablará de su viaje a la Ciudad Rosa.

La importancia de un buen alojamiento

Lo primero que siempre buscamos cuando pensamos en un destino es el alojamiento, ya que muchas veces encontramos un vuelo barato o incluso pensamos en ir en coche, y luego en el alojamiento se nos va el dinero.

Si como es nuestro caso vas en coche, en Toulouse recomendamos buscar algo donde puedas aparcar y explorar la ciudad a pie (o en bicicleta).

Es una ciudad muy caminable y eso se agradece como turista o mejor dicho “como viajero...Boquerón Biajero, jaja”. En nuestro caso, elegimos un hotel que estaba al lado del precioso Jardín Japonés; tuvimos muy buena experiencia y nos encantó la zona. Si eres de los que les gusta más el mogollón, por supuesto otra opción es alojarse en pleno centro.

Una mañana en el espacio

La Ciudad del Espacio (Cité de l´Espace) es una parada ideal en Toulouse (sobre todo para familias). El lugar es una de las capitales de la industria aeroespacial y el museo es 100% interactivo. Nosotros lo “pasamos pipa” aprendiendo sobre la exploración del espacio desde el punto de vista europeo.

Ya sabíamos algo tras nuestra visita al Museo del Aire y Espacio en Washington D.C., así que esto nos sirvió para profundizar e incluso probar nuestros conocimientos.

Lo que más me gustó fue poder entrar en la estación espacial Mir y sacarnos una foto al lado del Ariane 5. ¡Es una pasada verlo en persona! Si puedes, no te pierdas la película IMAX (a nosotros no nos dió tiempo, así que nos quedamos con las ganas).

Paseo en rosa

Uno de los “apodos” de Toulouse es “la ciudad rosa” y se llama así por la cantidad de edificios construidos en un ladrillo de color rojo suave.

Esto, claro está, tiene su propia historia. Cuando estaban construyendo Toulouse la moda era hacer todo de piedra, pero eso significaba desplazarse hasta los Pirineos (un trayecto algo lejos ya que no existían coches en esa época). Con esto, la mejor solución pasó por utilizar el material que tenían a mano: ladrillo. El resultado ha quedado muy bien (y algo diferente a otras ciudades europeas).

A mí me encantó pasear por el casco antiguo con Dino explorando los callejones adoquinados cerca de la Catedral, las casas bonitas con sus patios escondidos, las pequeñas tiendas de lujo y los cafés con encanto.

Acabamos el día con una bonita puesta de sol

Recomendamos acabar el primer día en Toulouse con un picnic viendo la puesta de sol en el Río Garonne. Son unas vistas privilegiadas y parece que los escalones al lado del Puente Saint Pierre fueron construidos con ese motivo en mente.

Si vas con tu pareja, no dudéis en brindar al amor con un vino local. Añadele un poco de queso, embutidos, un baguette y unos macarons de violeta como postre y tendréis una tarde inolvidable.

Día dos: empezamos por el mercado

Los mercados locales son el corazón de cualquier ciudad. Bueno, quizás hoy en día no es tan cierto, pero a mí me parece un lugar fascinante para aprender sobre la cultura y los productos locales allá donde vaya.

Además como Pedro habla francés (antes incluso trabajaba en una empresa francesa) pudimos preguntar y hablar con la gente sobre sus puestos y la ciudad.

En Toulouse un buen sitio para explorar y tomar el aperitivo es el Mercado Victor Hugo. Quizás no es el mercado más bonito del mundo, pero es conocido por su gran variedad de productos frescos y deliciosos de la zona.

Acabamos con un poco de arte

Toulouse tiene varios museos de arte que merecen la pena. Uno de los más conocidos es el museo des Agustins o Museo de Bellas Artes, que ofrece un recorrido que empieza en la Edad Media y nos lleva hasta el siglo XX - el edificio mismo es precioso ya que es un antiguo monasterio del siglo XIV.

Ahora bien, si prefieres el Arte Contemporáneo, entonces no te puedes perder Les Abattoirs con más de 2.000 obras. Si el Museo de Bellas Artes se encontraba en un antiguo monasterio este no se queda atrás - Les Abattoirs es un antiguo matadero convertido en un espacio de arte que también tiene conciertos, talleres y eventos culturales.

Con esto y una cena muy rica nos despedimos de Toulouse.

¿La cena dónde? Pues nosotros optamos por un sitio de barrio que nos recomendaron en el hotel: Le Grenier de Pépé (1 Rue Denfert Rochereu).

Pedimos crepes salados con ensalada y una pequeña jarra de vino de la casa. Por menos de 10 euros por cabeza dejamos Toulouse con un excelente sabor de boca.

Cita en Toulouse, en Occitania