Lyon: guía del hincha

Bañada por los río Ródano, Saona y Beaujolais (según el escritor Léon Daudet), Lyon está idealmente situada entre París, Marsella y los Alpes. ¡Buena noticia para los amantes del deporte! Este año, la ciudad acoge 11 partidos del torneo olímpico de fútbol femenino y masculino durante los Juegos Olímpicos de París 2024. Una estupenda oportunidad para descubrir los barrios declarados patrimonio por la UNESCO y saborear los suculentos productos de la tierra en auténticos «bouchons» (nombre de los restaurantes típicos de Lyon) con su ambiente agradable y acogedor.

Desplazarse y acudir al estadio en transporte sostenible

En el oeste de Lyon, se puede llegar fácilmente al OL Stadium en transporte público: desde el centro de la ciudad, se necesitan 35 minutos de trayecto en metro y después en tranvía, que te deja justo delante del estadio. Desde la estación Lyon-Part-Dieu, hay que cambiar de línea de tranvía y terminar andando. Desde la estación de tren de alta velocidad TGV del aeropuerto Lyon Saint-Exupéry, se recomienda utilizar el tren rápido Rhônexpress antes de tomar al tranvía. Otra opción es compartir el trayecto entre aficionados consultando la página web de servicios de coche compartido dedicada a los estadios: Stadium Go.

En Lyon, te puedes mover muy bien sobre dos ruedas gracias al sistema de bicicletas de autoservicio Vélo’v. La ciudad cuenta con muchos carriles bici, en particular a orillas del Ródano. Para admirar los monumentos desde el agua, hay que embarcarse en el río Saona a bordo de un barco lanzadera eléctrico inspirado en los vaporettos venecianos.

Para un acceso ilimitado al transporte público de Lyon con entrada incluida a museos y visitas a precios reducidos, puedes adquirir una Lyon City Card para 24 o 48 horas.

Seguir el partido en la ciudad… y celebrar la victoria

Para saborear una buena cerveza (con moderación) sin perder de vista el espectáculo, hay que hacer como los autóctonos y dirigirse a los pubs de la zona medieval, "Le Vieux-Lyon". En el barrio de Saint-Jean, el Smoking Dog y el Antidote son dos instituciones que hacen las delicias de los amantes del deporte. En el barrio de Saint-Paul, el Wallace seduce por su ambiente de pub escocés, como el muy anglófono Elephant & Castle. Otra institución lionesa es el Ninkasi. Cervecería local y artesanal desde 1997, la firma ha abierto una docena de cervecerías y bares festivos en Lyon. Los encontrarás en Vieux-Lyon y en las inmediaciones del OL Stadium. Además, los más puristas del balón ovalado disponen de una quincena de bares que colaboran con el club de rugby local (el LOU), por ejemplo, Dog’s Bollocks en el barrio de Croix Rousse, 405 cerca del ayuntamiento o Café Léone cerca de la plaza Bellecour.

Saborear los productos locales y la gastronomía francesa

Lyon es una capital de la gastronomía. Hay tantas especialidades locales que es muy difícil probarlas todas, empezando por la charcutería: paté en costra, rosette (salchichón de Lyon) o bizcocho de salchichón. Quien tenga buen estómago podrá atreverse con los «grattons», que son trozos de grasa de carne confitados para picar en el aperitivo, similares a los chicharrones. Ensaladas lionesas (con torreznos, picatostes, huevo y ajo), «quenelles» de lucio con salsa Nantua o «tablier de sapeur» (tripas marinadas en vino blanco y empanadas) son algunos de los platos protagonistas en los restaurantes tradicionales, que se conocen con el nombre de bouchons en Lyon. Los más auténticos cuentan con un sello oficial, como Daniel et Denise, la Mère Jean, La Meunière o Chez Mounier.

En cuanto a quesos, nada mejor como probar los famosos Saint-Marcellin du Vercors de la Mère Richard o La cervelle de Canut, a base de requesón y nata fresca con un suave toque de cebollino y chalota. ¡Los amantes de los dulces no se quedarán atrás! Aquí reina la praline rosa (golosina de almendra tostada recubierta de azúcar caramelizado). Para degustarlas, hay que dirigirse al ineludible Chocolatier Voisin, y probar también los Coussins de Lyon (bombón de chocolate y pasta de almendra). En Pralus, hay que pedir los Pralulines, unos deliciosos bizcochos de praline rosa que tanto gustan a grandes como a pequeños.

Para conocer la variedad culinaria de Lyon, la mejor opción es Halles Paul Bocuse, donde encontrarás 56 comerciantes y artesanos de la gastronomía. ¡Lo mejor de la comida lionesa en un solo lugar! Otros «patios de comida» que bien merecen una visita son: Food Traboule, en el barrio de Vieux-Lyon, y el Food Society, en el centro comercial de la Part-Dieu. Bon appétit !

Visitar la ciudad

Visitar Lyon en unas horas o unos días equivale a deambular por un museo al aire libre y de tamaño abarcable al tiempo que se recorren 2000 años de historia. Empezamos por subir a la colina de Fourvière, para contemplar las espectaculares vistas y una panorámica de la ciudad, además de entrar en la gran basílica del siglo XIX antes de viajar en el tiempo en el museo Lugdunum donde se encuentran los teatros romanos. Al bajar, hay que inmiscuirse por las callejuelas adoquinadas de Vieux-Lyon, un barrio renacentista declarado patrimonio mundial por la UNESCO, para descubrir los «traboules» (pasajes que atraviesan patios interiores), siguiendo los pasos de los «canuts», los antiguos trabajadores de la seda. Después, podemos ir a explorar las colecciones del Museo de Bellas Artes, observar la arquitectura deconstructivista del Museo de las Confluencias y descubrir la historia de los hermanos Lumière, inventores del cine, en el Instituto Lumière. Para ir de compras, hay que dirigirse a la zona de la plaza Bellecour, la mayor plaza peatonal de Europa, antes de subir de plaza en plaza hasta la Ópera, diseñada por Jean Nouvel. De camino, nos pararemos en el Grand Hôtel-Dieu, un remanso de paz en el centro de la ciudad. ¿Te parece poco? Siempre puedes ir a pasear por la rosaleda del parque de la Tête d’Or, tomar algo en las cuestas del barrio de Croix-Rousse, bailar a bordo de una barcaza a orillas del Ródano o cruzar una pasarela sobre el río Saona al amanecer.

Explorar los alrededores

Un destino muy apreciado por los lioneses es la ciudad de Annecy, conocida como la «Venecia de los Alpes», con su lago de aguas traslúcidas, propicio para la práctica deportiva al final del otoño. Un soplo de aire fresco a 2 h en tren. Más cerca de Lyon, puedes dejarte seducir por las visitas a los viñedos. La oficina de turismo propone múltiples ideas de escapadas llave en mano para descubrir los cultivos de los vinos Beaujolais o Côtes du Rhône. Piedras con encanto, quesos, arquitectura… las temáticas son variadas. Durante un día, podemos escaparnos a Tain-L’Hermitage, en el valle del Ródano, para pasear por los viñedos en terraza plantados en colinas con vistas al Ródano y descubrir la cueva Chapoutier, antes de explorar la Ciudad del chocolate Valrhona. En unos minutos en bici, puedes atravesar el río para conocer Tournon-sur-Rhône, hermana gemela ardoisiense de Tain-L’Hermitage, con su precioso castillo y sus callejuelas adoquinadas.

Encontrar alojamiento

Quien quiera alojarse cerca del estadio puede decantarse por el Kopster, un hotel de cuatro estrellas y 140 habitaciones, situado en la zona de ocio OL Vallée, junto al OL Stadium. Una quincena de restaurantes y múltiples actividades completan el complejo para pasar el tiempo en familia o entre amigos antes del saque inicial. Tanto puedes ir a la bolera como probar un juego de escapismo, visitar una galería de arte urbano o el museo del club de fútbol. ¡Un programa bien completo!
Si echas de menos las luces de la ciudad, apuesta por un paréntesis en otro tiempo en el Intercontinental Lyon Hôtel Dieu, un lugar cargado de historia que aúna belleza arquitectónica, diseño contemporáneo y encuentros gastronómicos.

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