Qué hacer en los Pirineos

En el valle de Cauterets, al final de una ruta de senderismo, suele haber un lago. Es ideal para disfrutar de un picnic gourmet con productos locales en altitud mientras se admiran los paisajes montañosos en verano. Hay que contar con una hora y media de marcha para llegar al lago de Gaube desde el Pont d'Espagne, o veinte minutos si se opta por el telesilla... Los más valientes habrán pensado en meter toallas y bañadores en la mochila para refrescarse en sus aguas cristalinas. No muy lejos, también se pueden descubrir el lago de Pourtet y el lago Nère.

Saliendo desde el pueblo de Gavarnie, a una altitud de 1.300 m, nos gusta caminar al pie de la gran cascada, a una altitud de más de 1.700 m. Para llegar a la Brecha de Rolando, a 2.800 metros, se trata de una ruta de alta montaña, partiendo del puerto a 2.100 metros. Hay que levantarse temprano, al amanecer, para tener las mejores sensaciones.

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Aviso para los amantes de la naturaleza y los animales. El buitre leonado, cuya envergadura puede alcanzar los 2,80 m, merodea por el valle de Ossau. Más de 120 parejas reproductoras se han instalado en la Reserva Natural Nacional de Ossau. Se trata de una especie amenazada, por lo que los ornitólogos del Parque Nacional de los Pirineos las siguen desde su nacimiento hasta su primer vuelo y su migración.

Tourmalet, Aubisque, Luz-Ardiden, Azet, Peyresourde, Portet-d'Aspet... Estos míticos puertos pirenaicos son bien conocidos por los ciclistas y los aficionados al Tour de Francia, la prueba reina del ciclismo internacional. Cada verano, los corredores de la Grande Boucle compiten por el maillot amarillo en pendientes que superan el 10 %. Ven a animarlos desde el borde de la carretera mientras disfrutas de los paisajes montañosos y recorre tú mismo la ruta de los grandes puertos en bicicleta, con o sin asistencia eléctrica.

Con sus 2.784 metros, el monte Canigou domina tanto el mar Mediterráneo como la llanura del Rosellón. Los senderistas se divertirán en los 750 kilómetros de senderos señalizados, entre bosques, pueblos, garrigas, montaña y flora mediterránea. ¡Pero atención, sus alrededores se asemejan a la alta montaña, así que hay que estar entrenado!

• El Pirineo francés en formato panorámico

Todos los caminos llevan a... Santiago de Compostela, incluso pasando por el Piamonte pirenáico. Esta ruta, menos transitada, permite a los senderistas atravesar magníficos paisajes preservados pasando por el Parque Natural Regional de los Pirineos Ariégeois, Bagnères-de-Bigorre, Lourdes y Oloron-Sainte-Marie antes de llegar a Saint-Jean Pied de Port. Por el camino, verás numerosas capillas románicas decoradas con frescos. ¡Ideal para amantes del arte!

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El puerto del Tourmalet también hace las delicias de los amantes del esquí y los deportes de nieve. Con 100 kilómetros de pistas, la estación Grand Tourmalet-Pic du Midi es la más grande del macizo y permite acceder a las estaciones de Barèges y La Mongie, donde se puede esquiar por el bosque, a 2.500 metros de altitud, especialmente en las zonas de Laquette y Lienz.

Pero los Pirineos, el segundo macizo montañoso de Francia, cuentan con unas cuarenta estaciones que ofrecen multitud de actividades. Iníciate en el surf en Saint-Lary-Soulan, practica esquí de fondo en Font-Romeu, da un paseo en trineo tirado por perros alrededor de Les Angles, haz una excursión con raquetas de nieve en Luchon-Superbagnères, estación con cuatro vertientes, descubre la diversidad de la fauna y la flora de montaña en la casa del Parque Nacional de los Pirineos, en Cauterets.

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¿Qué te parecería pasar una noche insólita en plena naturaleza y en encantadora compañía? El Parc animalier des Pyrénées ofrece varios alojamientos ecológicos rodeados de lobos grises y osos pardos... Y para prolongar la experiencia al despertar, ponte en la piel de un cuidador. Podrás alimentar a los pandas rojos y participar en el mantenimiento de los recintos junto con los equipos del parque.

• Diversión familiar en los Pirineos este verano

Bagnères-de-Luchon, balneario situado en el corazón de los Pirineos, es famoso desde hace más de 2.000 años por sus aguas ricas en azufre. Aquí se puede descubrir un hammam natural único en Europa, un vaporarium, galerías subterráneas y termas renovadas. Una pausa de bienestar para recargar las pilas entre dos paseos por la montaña.

Desde tu habitación en el observatorio del Pic du Midi, tendrás muchos sueños. Antes de caer en los brazos de Morfeo, visita el planetario, a 2.877 metros de altitud, y contempla las estrellas con un telescopio desde la cúpula Charvin. El sol y los rayos cósmicos ya no tendrán secretos para ti.

Hay otros alojamientos insólitos por descubrir en los Pirineos, como un iglú, un granero alpino o un palomar.

• Un anticipo del Pic du Midi en los Pirineos

A unos quince kilómetros de Lourdes, las cuevas de Bétharram ofrecen un espectacular viaje subterráneo. Podrás explorar inmensas galerías esculpidas por el agua, entre estalactitas y estalagmitas, antes de recorrer un río en barca y volver a la salida en un pequeño tren.

Fácilmente accesible en funicular desde Lourdes, el Pic du Jer, con una altitud de casi 900 metros, ofrece una vista panorámica de la ciudad y la cordillera de los Pirineos. El lugar es muy apreciado por los amantes del senderismo y el ciclismo. También puedes seguir un sendero botánico para descubrir plantas aromáticas y visitar cuevas acondicionadas.

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Con más de 3 millones de visitantes cada año, Lourdes es uno de los santuarios más concurridos. Cada día se celebran cerca de 70 ceremonias religiosas en los diferentes lugares de culto de la ciudad: la gruta de Massabielle, desde donde parte cada noche la procesión con antorchas, la basílica de la Inmaculada Concepción, la basílica de Nuestra Señora del Rosario y la basílica subterránea de San Pío X, con capacidad para 25 000 fieles.

También puedes venir a recargar energías a la Reserva Natural Regional del macizo de Pibeste-Aoulhet, que domina la ciudad, o a las gargantas de Sia.