En el corazón de París, cerca de Les Invalides, el Hôtel Biron y sus espléndidos jardines muestran un verdadero culto a la escultura. Un arte magnificado por el famoso artista Auguste Rodin (1840-1917) que dejó un legado de valor incalculable en los lugares en los que vivió.
Desde 1919, el Hôtel Biron, una espléndida mansión del siglo XVIII, acoge el Museo Rodin. Tras una cuidadosa restauración llevada a cabo entre 2012 y 2015, el museo ofrece una nueva mirada sobre la obra completa de uno de los escultores más célebres de Francia, invitándote a descubrir su universo en un entorno tan inspirador como sus propias creaciones.

Entender con otra mirada
Poner en valor las esculturas de Rodin fue el objetivo principal de esta ambiciosa renovación del museo. Un propósito plenamente logrado gracias a una nueva museografía que combina armoniosamente muebles de madera, una luminosidad natural excepcional y una iluminación artificial adaptada a cada obra. Yesos, bronces y mármoles se revelan ahora en todo su esplendor, permitiendo al visitante apreciar cada detalle con una intensidad renovada.

Museo dedicado para todos los públicos
El recorrido por el Museo Rodin se despliega a través de 18 salas distribuidas en dos plantas, organizadas de manera que combinan un enfoque cronológico y temático. Dedicado exclusivamente a preservar y honrar la memoria de Auguste Rodin, el museo se centra en el proceso creativo del artista, ofreciendo una visión más completa y profunda de su obra, lo que facilita una mayor comprensión y apreciación por parte de todos los visitantes.

Más allá de las esculturas y obras de Rodin, el museo exhibe numerosas piezas de su colección personal, que reflejan sus gustos artísticos y su sensibilidad íntima. Destaca, en primer lugar, su pasión por las antigüedades, presente en la sala “Rodin y la Antigüedad”. Además, el museo alberga una selecta colección de pinturas de grandes maestros como Van Gogh (con obras como Le Père Tanguy), Edvard Munch (Le Penseur) y Eugène Carrière (Le Théâtre), que enriquecen la experiencia y ofrecen un contexto más amplio del mundo artístico que inspiró al escultor.
Además de las salas de exposición, el museo ofrece un nuevo espacio dedicado a las artes gráficas y la fotografía, que invita a descubrir otra faceta fascinante del arte.

Esculturas en los jardines
Para concluir la visita, nada mejor que un paseo por los jardines, donde se encuentran algunas de las esculturas más emblemáticas de Rodin, como La Porte de l’Enfer, Les Bourgeois de Calais y, por supuesto, el icónico El Pensador. Un cierre perfecto que combina naturaleza y arte en un entorno único.

Por France.fr
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