El deporte en Saint-Étienne es una institución. Ciudad obrera y cuna de grandes industrias francesas, la ciudad palpita al ritmo del fútbol: desde la epopeya europea de 1976 hasta los diez campeonatos de Francia, «Les Verts» ocupan un lugar especial en el panteón del deporte francés. Por eso no es de extrañar que el bullicioso estadio Geoffroy Guichard acoja regularmente competiciones deportivas nacionales e internacionales. Es una gran oportunidad para descubrir una ciudad innovadora y vanguardista, reconocida como «ciudad creativa del diseño» por la UNESCO.
Ir la estadio y moverse en transporte sostenible
El estadio Geoffroy-Guichard está cerca del centro de la ciudad, por lo que los aficionados pueden ir andando al estadio desde el centro histórico en unos 30 minutos. Otros optarán por el transporte público: el autobús o el tranvía, cuya frecuencia aumenta en las dos líneas que dan servicio al estadio las noches de partido. ¡Muy cómodo! Para entrar en calor antes del partido, puedes desplazarte por la ciudad sobre dos ruedas gracias al servicio de alquiler de bicicletas con asistencia eléctrica Vélivert.
Seguir el partido en la ciudad… y celebrar la victoria
En una ciudad que vibra al ritmo de las hazañas de su club de fútbol, ver un partido en un bar, cerveza en mano (con moderación), es una obligación si se quiere sumergirse en la cultura local. Es imposible hablar de bares en Saint-Étienne sin mencionar la calle de los Mártires de Vingré, una auténtica «calle de la sed» frecuentada por estudiantes y animada hasta altas horas de la noche. A unos cientos de metros, la plaza Jean Jaurès alberga el bar Six Nations. Con un nombre que recuerda al balón ovalado y una llamativa fachada roja que recuerda a los pubs ingleses, este bar es uno de los mejores lugares para ver las retransmisiones deportivas en directo.
Saborear productos locales
En el centro urbano, el Halles Mazerat-Biltoki es el nuevo punto de encuentro de la gastronomía en Saint-Étienne. Estos antiguos almacenes, construidos en 1872, han recuperado su efervescencia con la ocupación de profesionales de la hostelería y la artesanía. Aquí puedes hacer la compra, tomar un café en terraza, degustar deliciosos platos preparados al momento con productos de mercado: ¡comida de calle de buena calidad para picar en cualquier momento! Te recomendamos probar las râpées stéphanoises (una tortita de patata rallada) acompañadas de Sarasson (un producto lácteo a partir de queso blanco batido). Si te gusta cocinar, no te pierdas la pasta fresca artesanal de la Maison Cornand, toda una institución en la ciudad desde 1919. Para el postre, hay que ir directamente al chocolatero Weiss, implantado en Saint-Étienne desde nada menos que 1882.
Si prefieres una parada sibarita y ecorresponsable, nada mejor como acudir a la Ciudad del Diseño para descubrir la Fabuleuse Cantine, un establecimiento que transforma los invendidos alimentarios de los alrededores, sobre todo productos locales y ecológicos, en comida creativa.
Visitar los lugares imprescindibles de la ciudad
Capital industrial de Francia en el siglo XIX, Saint-Étienne no es del tipo que se queda dormida en sus laureles: singular, creativa e innovadora, la ciudad ha sabido reinventarse apostando por una arquitectura contemporánea audaz bajo el impulso del sitio Le Corbusier, un conjunto urbano único en Europa, antes de haber sido reconocida como «Ciudad Creativa por el Diseño» por parte de la UNESCO.. El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAMC) cuenta con la mayor colección de arte contemporáneo de Francia después del Centro Pompidou.
Símbolo de esta mutación es la antigua Manufactura de Armas, que ahora alberga la Ciudad del Diseño donde se encuentra la famosa Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne. El arte contemporáneo se expresa también en la galería Ceysson Bénétière, instalada en un edificio de 1200 m² con obras monumentales. Como lugar destacado de la Bienal Internacional del Diseño de Saint-Étienne, la Ciudad del Diseño continúa con su transformación: su nueva cara debería mostrarse allá por 2025-26 con un nuevo barrio creativo e innovador que incluye una gran sala para eventos, zonas de exposición y un hotel.
Explorar los alrededores
Para estirar las piernas antes o después de un partido, acércate al Parque natural del Pilat, un paraíso para senderistas y ciclistas de montaña. El punto más alto del macizo, el Crêt de la Perdrix (1.432 m), ofrece una suntuosa panorámica de los Alpes. Los amantes de la naturaleza salvaje de Auvernia-Ródano-Alpes también pueden descubrir la reserva natural de las Gargantas del Loira, alrededor del pintoresco pueblo de Saint-Victor-sur-Loire: con buen tiempo, podrás disfrutar de una playa de arena a orillas del Loira, probar uno de los numerosos deportes náuticos que se ofrecen o subir al pueblo y descubrir su castillo medieval, que ofrece una vista impresionante sobre el río.
Encontrar un alojamiento
En Saint-Étienne, una ciudad de tamaño medio cuyo estadio está muy bien comunicado en transporte público, lo ideal es alojarse en el centro urbano. Por ejemplo, en uno de los establecimientos recientes como el City Loft Hotel, un aparthotel de 3 estrellas con 86 apartamentos instalado en un edificio Art Nouveau muy cerca del centro comercial Halles Mazerat y del Museo de Arte e Industria. Aquí, la comida rinde homenaje a los productos locales y ecológicos. Más al norte y todavía más cerca del estadio (30 minutos a pie), se encuentra un nuevo hotel Novotel de 3 estrellas y 77 habitaciones en el barrio empresarial cerca de la estación de tren, en pleno proceso de transformación. Su punto fuerte: una azotea de 200 m² para tomar el desayuno al aire libre.

Por Caroline Revol-Maurel
Periodista apasionada de la naturaleza salvaje, de los viajes y del rock, escribo igualmente sobre los quebrantahuesos que sobre Lou Reed. A menudo voy acompañada por dos niñas pequeñas con un agudo sentido crítico.