Disfruta en Haute-Vienne de unas vacaciones generosas en bellos momentos gracias a la diversidad de atractivos naturales, artísticos y culturales que encontrarás en la tierra de la porcelana de Limoges.
Un excelente punto de partida para explorar el departamento de Haute-Vienne es su capital, Limoges, mundialmente conocida por su maestría en las artes del esmaltado y la porcelana, lo que le ha valido el honor de formar parte de las Ciudades Creativas de la UNESCO. Allí te esperan el Museo del Horno de Casseaux, el Museo Nacional Adrien Dubouché, la catedral gótica de Saint-Étienne, las callejuelas medievales del barrio de la Boucherie y la estación de tren de Bénédictins, paradas obligadas para conocer la estrecha relación de Limoges con la porcelana.
¡RESPIRA HONDO EN HAUTE-VIENNE!
Más allá de Limoges, te aguarda la generosa naturaleza de Haute-Vienne, donde sobresalen los montes de Blond y los Parques Naturales Regionales de Millevaches y Périgord-Limousin. Podrás practicar senderismo, BTT o paseos a caballo en más de los 4.000 kilómetros de caminos señalizados distribuidos por el territorio, así como otras divertidas actividades: cursos de vela en los lagos de Saint-Pardoux y de Vassivière, el bicirraíl del Espacio Hermeline o la pesca con mosca en las aguas vivas del río Vienne.
BUENAS DIRECCIONES EN HAUTE-VIENNE ¡TOMA NOTA!
Un alojamiento: Descansa en Les Ânes de Vassivière, una original granja con yurtas y caravanas donde se organizan paseos en burro. Les Ânes de Vassivière
Un restaurante: Saborea una cocina ética y responsable en Le Cheverny, en Limoges, cuya ecoetiqueta Green Food garantiza el uso de un mínimo de 65% de productos locales y/o biológicos. Le Cheverny
Un paseo: Recorre los 13 kilómetros de la Vía Verde de los Altos de Tardoire, apta también para personas con movilidad reducida. Vía Verde en Limousin
Una actividad: Practica todas las variantes del esquí acuático sin ruido y de una manera sostenible en el lago de Saint-Pardoux gracias a la tracción por sistema de cables. Lago de Saint-Pardoux
Por Nuria Cortés
