Los pueblos más bonitos de Ardèche

El pintoresco pueblo de Balazuc, oficialmente uno de los "Pueblos más bonitos de Francia" (Enlace externo) , se puede recorrer a pie. Las sombreadas calles empedradas que conducen a lo alto están flanqueadas por hermosas casas de piedra. Elementos históricos como portales arqueados, pasadizos abovedados y caños de lluvia hacen de la visita del pueblo medieval una experiencia especialmente auténtica. También hay fachadas del siglo XV alrededor del puente del pueblo.
Hay aparcamiento a ambos lados del pueblo.

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El pueblo de Boucieu-le-Roi, situado entre Tournon y Lamastre, es conocido por sus casas históricas y sus callejuelas. No hay que perderse: la casa del alguacil y la iglesia de Saint-Jean l'Evangéliste. Un lugar ideal para conocer la historia de los pueblos de Ardèche en la Edad Media.

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Vogüé es el punto de partida para visitar las famosas gargantas del Ardèche. El animado pasado del pueblo sigue siendo estando presente: los restos de cinco castillos, la mayoría construidos antes del siglo XIV, dominan el pueblo. Otros lugares por descubrir son la capilla románica con pinturas sobre vidrio de Alfred Manessier y los acantilados de piedra caliza "La roche sur Vogüé". Este pueblo es ideal para ir en familia.

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El pueblo de Désaignes tiene más de 2.000 años. Numerosos vestigios atestiguan el apogeo del pueblo en la Edad Media: los restos de una fortaleza del siglo XII, un castillo del siglo XIV, murallas y tres puertas de acceso. Désaignes está clasificado como monumento histórico desde hace más de 20 años.

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El pueblo de Alba-la-Romaine, rodeado de viñedos, cuenta con 2.000 años de historia. El impresionante castillo, construido sobre un dique volcánico y bordeado de numerosas casas, hace del pueblo un interesante destino para pasar el día. Alba fue la antigua capital de la tribu gala de Helwen y se convirtió en una bulliciosa ciudad galo-romana a principios del siglo I d.C. antes de convertirse en el primer obispado del Vivarais a finales del siglo IV.

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