Los ojos son los primeros en saborear. Del mismo modo que en la gastronomía francesa, la cubertería y la vajilla pueden ayudar a sublimar recetas ya de por si fabulosas e icónicas. La porcelana, el cristal o la orfebrería hacen destacar el arte francés de la mesa.
En Córcega, en el pueblo de Porticcio, la familia Ceccaldi lleva más de tres décadas fabricando cuchillos únicos. En el corazón del taller, artesanos como Simon, dan forma a los cuchillos artesanales, de líneas limpias y materiales nobles.
Al calor del fuego, los herreros trabajan el metal con potencia, poniendo en práctica sus conocimientos ancestrales. Hoy os proponemos un viaje a través del tiempo por la isla de la belleza.
Un saber hacer en constante renovación
Estas técnicas, transmitidas de padres a hijos, tienen sus orígenes en la historia. Hoy, Ceccaldi House se renueva constantemente para adornar las mesas más importantes.
En la otra punta de Francia, la ciudad de Limoges es la capital de la porcelana, otro saber hacer emblemático de las artes de la Mesa.
La Maison Bernardaud es una empresa familiar que lleva vistiendo mesas con sus porcelanas únicas en el mundo desde 1863. Sinónimo de prestigio,la porcelana, un material caprichoso y exigente, esconde secretos de fabricación desconocidos y excepcionales.
Detrás de estos productos refinados nos encontramos a los artesanos con su dominio de los exigentes procesos de fabriación.
En esta fábrica, la sucesión de talleres, cada uno especializado en una parte del proceso de fabricación, muestra pasos tan fascinantes como el esmaltado, que revela el blanco inmaculado y el brillo de la porcelana. En cada etapa de la creación, la mano, el temple y el movimiento preciso del artesano son fundamentales.
Descubrir los secretos de estas casas nos ofrece un primer acercamiento a los secretos de la fabricación de estos objetos. Porcelana y cuchillos, productos excepcionales de la herencia francesa, que sobreviven a todas las épocas y participan en la influencia de Francia.