3 días descubriendo Burdeos en silla de ruedas con Wheeled World

Pasamos nuestro primer día visitando el centro de Burdeos, y nos sorprendió gratamente su accesibilidad para personas con movilidad reducida. De hecho, la ciudad ha sido galardonada con el sello "Destino para todos". Pasamos fácilmente del Grand-Théâtre a la calle Sainte-Catherine y luego a la Puerta Cailhau. En el barrio de Saint-Pierre, nos enamoramos de los pasteles típicos bordeleses: ¡los canelés y las dunas blancas! Los compramos para llevar y los disfrutamos en el espejo de agua junto al Garona. Este espacio se llena de agua cada 15 minutos, ofreciendo un reflejo perfecto de la Place de la Bourse. ¡Un marco perfecto para un dulce paréntesis!

El Garona desempeña un papel importante en el desarrollo de Burdeos, ya que aquí hacían escala las mercancías procedentes del Nuevo Mundo en su camino hacia otros países europeos. Hoy en día, el muelle ofrece a los bordeleses un soplo de aire fresco o una pausa agradable en uno de los numerosos cafés que lo recorren. Para empezar el día, nos acercamos a los muelles a la altura de los Miroir d'Eau (espejos de agua), que descubrimos el día anterior. Estos muelles fueron acondicionados hace unos años para que puedan disfrutarlos el mayor número posible de personas, tanto en silla de ruedas como sobre dos piernas. Nos dirigimos río abajo hacia el puente Chaban Delmas. Es imposible no verlo, con sus cuatro enormes pilares que se elevan hacia el cielo. A veces, su puente de tablero se levanta para dejar pasar los veleros, ¡un espectáculo impresionante! Por el camino, parada en Bord'eau Village, un centro comercial al aire libre instalado en antiguos almacenes, ¡para tomar un café en la terraza del Café Joyeux!

Un poco más lejos, la Cité du Vin está a la vuelta de la esquina. Este museo de nuevo cuño propone un enfoque cultural y tradicional del vino: desde su elaboración hasta su impacto en el hombre y las civilizaciones, una visita audioguiada accesible a todos permite comprender mejor los orígenes del vino y su lugar en el mundo actual. Durante la visita se despiertan todos los sentidos, tanto si te gusta el vino como si no (también se pueden degustar zumos de frutas). Es una actividad ideal para toda la familia. Acreditada con la etiqueta Tourisme et Handicap para las 4 discapacidades, los creadores de la Cité du Vin también han diseñado la visita para que todo el mundo pueda disfrutar de la misma experiencia: se han creado espacios más bajos para las personas en silla de ruedas, se ofrece audiodescripción para una parte de la visita gracias al subtitulado de los vídeos.

Podríamos haber pasado el día en la Cité, pero preferimos continuar nuestro paseo por el Garona. La copa de vino nos abrió el apetito y nos detuvimos en la terraza de Les Halles de Bacalan, el lugar ideal para comer: tapas, tablas de embutidos, vinos locales... ¡todo para pasar un buen rato!

Después de comer, paseamos por el puerto deportivo hasta la antigua base de submarinos. En 2020, se renovaron cuatro silos para albergar los Bassins des Lumières: ¡el mayor centro de arte digital de Francia! Descubrirás obras de Salvador Dalí proyectadas en las paredes y reflejadas en el agua, animadas al ritmo de los grandes éxitos de Pink Floyd... ¡Es sencillamente increíble ver cómo el universo del grupo cobra vida en este marco atípico! Ten la seguridad de que, incluso en la oscuridad, no hay riesgo de quedarse atascado en su silla de ruedas ni de tropezar: los espacios son amplios y están adaptados para que todo el mundo pueda deambular sin obstáculos.

Terminamos este segundo día en la azotea del Mama Shelter para disfrutar de la puesta de sol sobre los tejados de la ciudad. ¡La vista es simplemente magnífica!

Petrus, Margaux, Latour, Cheval Blanc... Los nombres de estos viñedos bordeleses figuran a menudo en las cartas de los mejores restaurantes. La mayoría de ellos tienen parte de sus viñedos en los alrededores de Burdeos. Decidimos dedicar nuestro último día a visitar los viñedos y degustar algunos de ellos.

El que más nos llama la atención por su accesibilidad para sillas de ruedas es Château Pape Clément. El jardín paisajista, con sus numerosas estatuas y otras obras de arte coleccionadas por el propietario a lo largo de los años, y el almacén de vino tinto, con más de 500 barricas, son accesibles en silla de ruedas (ten en cuenta que los caminos del jardín son de grava). Se puede pasar de un sendero a otro hasta llegar a las hileras de viñas situadas detrás de un cedro libanés centenario. Como parte de un enfoque eco-responsable, el viñedo utiliza técnicas tanto modernas como tradicionales, incluyendo caballos de tiro y tractores eléctricos. Desde que se produjeron las primeras cosechas hace más de 700 años, este viñedo ha sido clasificado como uno de los Grands Crus de Graves, una distinción reservada a los catorce mejores Graves. La visita terminó con una copa de Château Pape Clément tinto... ¡Un verdadero descubrimiento, su fuerza aromática nos dejó sin palabras!

Terminamos el día en un lugar insólito y creativo: Darwin, un antiguo cuartel militar rehabilitado que hoy alberga comercios y asociaciones. El arte callejero de las paredes da fe del pasado del edificio, que ahora alberga oficinas, una pista de skate, una tienda de comestibles ecológicos y una cervecería que ofrece cerveza y productos locales en un ambiente acogedor repleto de muebles reciclados.

Tras 3 días de vino y gastronomía, nuestra estancia en Burdeos toca a su fin. Nos ha sorprendido muy gratamente la accesibilidad de la ciudad para los usuarios de sillas de ruedas, gracias a la red de tranvías que recorre el centro de la ciudad como a las mejoras realizadas en los muelles para que todo el mundo pueda disfrutar plenamente de la ciudad. Te recomendamos que vengas a pasar unos días aquí.