Hyères, Costa Azul. Clima agradable, palmeras inclinadas, mar de aguas cristalinas. No le falta de nada. Incluso lo que no esperamos encontrar. Tomemos, por ejemplo, la Villa Noailles…
Diseñada para una pareja de mecenas en los años 20 por el arquitecto Robert Mallet-Stevens, la Villa Noailles ha acogido a los más grandes artistas de la época, desde Man Ray hasta Giacometti. Hoy en día, restaurada y fiel a su vocación, es un reconocido centro de arte, especialmente por su Festival Internacional de Moda y Fotografía. Hemos pedido al artista Xavier Veilhan que nos guíe por esta casa, que conoce bien por haber rodado allí la película "Vent Moderne" en 2015.
Descubrí la Villa Noailles en 2008, con motivo de una exposición de Erwan y Ronan Bouroullec. Tuve la suerte de dormir en el lugar, en una de las habitaciones destinadas a los invitados. Fue una experiencia increíble.
La Villa Noailles posee una arquitectura llena de compromiso, de ambigüedades. No es un objeto perfecto y en eso, creo yo, radica su atractivo. Encierra la historia de la relación entre Robert Mallet-Stevens y los Noailles, llena de complejidad.
Como artistas, disfrutamos del lujo de acceder a lugares para visitarlos, pero también para trabajar en ellos. Para rodar «Vent Moderne», dispusimos de carta blanca. Pudimos descubrir la casa y todos sus recovecos gracias a la confianza depositada en nosotros por Jean-Pierre Blanc, director de la Villa Noailles.
Me gusta el vínculo que une esta casa con la naturaleza. La vegetación mediterránea, la luz del sur, la presencia del viento que, en ocasiones, puede ser embriagador. Durante el rodaje, soplaba mucho viento. Grabar estos bonitos árboles y esta vegetación agitados por el viento fue una experiencia mágica. De ahí el título de la película: «Vent Moderne», es decir, viento moderno.
Delante de la casa, caracterizada por sus volúmenes cubistas, unas grandes aberturas rectangulares, recortadas en el muro exterior, se abren sobre el vacío. Para mí, es uno de los espacios más logrados de la Villa Noailles, con sus magníficas vistas enmarcadas del paisaje circundante.
El jardín triangular cubista figura entre mis lugares favoritos de la Villa Noailles. Situado en la parte delantera de la casa y rodeado por muros blancos, es obra del arquitecto y paisajista Gabriel Guevrekian.
Posee numerosos detalles destacados, como este reloj de Francis Jourdain que encontramos en todas las estancias. Los Noailles contrataron a los creadores más vanguardistas de la época, como Jean Prouvé para la carpintería metálica o Louis Barillet para los ventanales.
La película «Vent Moderne» es una divagación, un viaje en blanco y negro a través de diferentes edificios concebidos por Robert Mallet-Stevens: la Villa Noailles, el Hôtel Martel en París y la Villa Cavrois en Croix. Estos lugares y su arquitectura modernista fueron mi fuente de inspiración. Me gusta esta idea onírica y práctica de la modernidad. Encuentro en ellos un espíritu que, en cierto modo, hemos perdido.
Por Maryse Quinton
Periodista y escritora especializada en arquitectura en París.