Una nueva dirección gourmet que ofrece macarons y pasteles franceses acaba de abrir sus puertas en París. Una pareja joven tomó la decisión de trabajar productos excepcionales para ofrecer un viaje de sabores y autenticidad.
Macarons ultra frescos
Todas las creaciones se entregan todas las mañanas desde el laboratorio ubicado en el Valle de Chevreuse, donde se producen entre 3.000 y 4.000 macarons y cientos de pasteles cada semana.
¡Nos toca a nosotros dos ahora!
Después del éxito de su primera tienda en el Valle de Chevreuse, los propietarios decidieron abrir una segunda tienda en el distrito 17º de París.
Macaron compartido
Venerados "campeones de macarons franceses" en 2014, los propietarios Melanie L'héritier y Arnaud Mathez se embarcaron en la pastelería al final de sus estudios para vivir una pasión común.
Un clásico revisitado
El pastel de merengue de limón, un clásico atemporal. ¿El secreto de esta receta? Una masa dulce, un limón cremoso, un merengue con lima y... ¡un verdadero "savoir-faire"!
Chocolate forever
El Wonka es un brownie con nueces de pecano, praliné crujiente de pecanas y mousse de chocolate negro. Su delicadeza es especialmente atractiva para los amantes del chocolate.
En la cima de la pastelería francesa
París-Brest, tarta de limón y milhojas de caramelo con mantequilla salada se unen al lado de los macarons. El Jardin sucré sublima los pasteles clásicos al poner el sabor y el producto en el centro de las creaciones.
Nacimiento de una vocación muy dulce
Mélanie encuentra su vocación al final de unas practicas en una empresa como parte de su carrer de hostelería, mientras que Arnaud, un estudiante de escuela de negocios, se interesa mientras descubre las recetas de pasteles de su compañera.
Un Chou muy lindo
El "chou" de vainilla de Madagascar al caramelo de mantequilla salada y nuez de macadamia se ha convertido rápidamente en un impescindible de la pastelería.
Todo para los más golosos
La pastelería ofrece otros manjares como tarros de caramelo con mantequilla salada y crema de avellana, así como barras de chocolate negro grand cru.
Por Céline Perronnet
Periodista
Periodista especializada en viajes.
