Los personajes legendarios de la Navidad alsaciana

Un poco de historia, una pizca de leyenda, una pizca de mitología, Alsacia es una tierra rica en tradiciones. Cuando se acerca la Navidad, no hay Papá Noel, sino un trío de personajes: San Nicolás, Christkindel y Hans Trapp.

El bueno y generoso San Nicolás

Con muchos milagros en su haber, el obispo de barba blanca, San Nicolás de Myra, es el protector de los niños, las viudas, los débiles y los presos. Fue el único que pudo neutralizar al temido Hans Trapp y encadenarlo para poner fin a sus crímenes.

El 6 de diciembre, jóvenes y mayores se reunen para animarle. Con una mitra, un báculo en la mano y un largo abrigo púrpura, San Nicolás premia a los niños que más lo merecen. La leyenda dice que incluso viaja de chimenea en chimenea, visitando a las familias con su saco lleno de dulces y regalos.

El terrorífico y gruñón Hans Trapp

Con su imponente complexión, su aire cascarrabias, su pelo desgreñado, su rostro ennegrecido por una espesa barba, Hans Trapp amenaza con llevarse a los niños desobedientes en su gran bolsa y abandonarlos en un oscuro bosque del que nunca regresarán.

Cuenta la leyenda que en el siglo XIV, en el castillo de Berwartstein, no lejos de Wissembourg, reinaba el señor Hans von Trotta y aterrorizaba a la población. Se dice que Hans Trapp obtuvo su reputación de este malévolo señor. Cuando se acercan las fiestas, este terrible personaje acompaña al buen San Nicolás durante los tradicionales desfiles. ¿Recompensa o castigo? Cuando pasa, las cabecitas rubias tienen que comportarse.

La dulce y angelical Christkindel

Christkindel, con sus finas facciones, llevando un velo y un largo vestido blanco, rematado con una corona y cuatro velas, camina con gracia y benevolencia. Fuente de luz y eterna juventud, irradia un aura de esperanza y muestra el camino a los niños aterrorizados por el terrible Hans Trapp.

Se rumorea que en la medianoche del 24 de diciembre ocurren muchos milagros: los bueyes y los burros empiezan a hablar y los árboles se cubren de flores hasta la duodécima campanada. Pero, ¿quién es el autor de estos milagros?

El fiel compañero Peckeresel

Pero, ¿de dónde surge este extraño nombre? De la combinación de "peck" por pico y "essel" por burro, nació el Peckeresel. Se le conoce como el ayudante personal de San Nicolás o Christkindel, en la época del reparto de pan de especias y otros manjares. Tradicionalmente, los niños ponen una gavilla de heno en el umbral para darle fuerza.

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