La historia del pastel esponja nos lleva a la montaña y en particular a los Alpes: sería uno de los herederos del pastel de savoya, una especie de pastel genovés que se conserva muy bien. Práctico y fácil de preparar, este pastel enseguida fue adoptado por los marineros para los viajes y debe su nombre a su particular textura aérea y alveolada.
El pastel esponja se prepara a base de yemas y huevo batidas con azúcar para obtener una mezcla muy esponjosa antes de incorporar la harina, la levadura y las claras a punto de nieve. Una receta tierna y ligera que se puede aromatizar con cáscara de limón, canela o flores de azahar y acompañarla de fruta.
Preparación: 30 minutos
Cocción: 45 minutos
Ingredientes:
Para 6 personas
- 5 huevos
- 150 gr. de azúcar
- 200 gr. de harina
- 1 bolsa de levadura
- 1 pizca de sal
Elaboración:
- Separar las claras de las yemas de cada huevo
- Mezclar las yemas con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa
- Añadir la levadura a la harina y luego la preparación a base de las yemas.
- Batir las claras a punto de nieve, añadiendo la pizca de sal y luego incorporar con delicadeza a la mezcla
- Verter la mezcla en un molde encerado con mantequilla y hornear durante 45 min. a 160° C.
Se recomienda acompañar de frutos rojos de temporada y gajos de naranja en invierno.