Bienvenido a Perpiñán, el mediterráneo francés más cerca de ti! Entre mar y montanas descubre una ciudad encantadora con acceso directo con AVE Renfe desde España.
¡Perpiñán, centro del mundo! Dalí tenía razón...
Cuando llegó por primera vez a la estación de Perpiñán el 19 de septiembre de 1963, tuvo un "éxtasis cósmico más fuerte que los anteriores" y decretó que la estación era el "centro cósmico del universo". ¡No sé imaginaba cuánta razón tenía!
Perpiñán nació del cielo, del mar y de los Pirineos
Un tríptico ganador que le aporta su sabor, su relieve y sus colores. Capital del Rosellón, sangre y oro como su bandera, la ciudad ocupa un lugar estratégico en el arco mediterráneo. Ciudad mestiza y colorida, ofrece sus fachadas pintadas de amarillo, rosa o naranja, sus plazas refrescadas por sus fuentes, sus estatuas esculpidas por Aristide Maillol, bajo la mirada de uno de sus monumentos más emblemáticos que le sirvió durante mucho tiempo de puerta de entrada, el Castillet.
Descubrir Perpiñán significa dejar el coche de lado y pasear a pie por sus calles empedradas de mármol, donde una puerta cochera revela patios verdosos. Es tomar una copa de vino del Rosellón en la terraza de un cafe mientras se admira la Basse, el curso de agua que sirve de columna vertebral a la ciudad. Es deambular por sus mercados con sus olores del Mediterráneo. Es escuchar una melodía de guitarra, bailar al ritmo de los chiringuitos y bodegas que amenizan el verano ...
Corazón cautivador de un pequeño rincón de Francia, orgulloso de su historia y de raíces arraigadas en Francia y en España, y rico de una arquitectura heredada tanto en la Edad Media como en el Art Déco.
Perpiñán, tres sílabas, un mundo en sí mismo, ¡el centro de muchos descubrimientos!
