El País Vasco francés es sinónimo de buen hacer, deliciosa gastronomía, elegancia y naturaleza. Sin duda, un destino sugerente para disfrutar sin prisas en alojamientos singulares.
En las ciudades, pueblos y parajes del País Vasco francés abundan experiencias sostenibles para descubrir con calma su patrimonio arquitectónico y natural. Como, por ejemplo, navegar por la costa de Hendaya en velero y recorrer después el sendero del litoral desde San Juan de Luz a Bidart; admirar la icónica arquitectura de Biarritz o conocer la cultura del chocolate de Bayona. O, en el interior, descubrir las coquetas callejuelas de Ainhoa y Sare, dos de Los Pueblos Más Bonitos de Francia; los senderos de interpretación del puerto de Lizarrieta, o el bosque de Irati, el mayor hayedo de Europa. Sin olvidar las sorpresas gastronómicas que aguardan en sus 12 restaurantes con estrellas Michelin.
Lujo 100 % sostenible y placeres junto al lago
En el País Vasco francés también podrás tomarte el tiempo para vivir una lujosa estancia en medio de la naturaleza. Un exquisito ejemplo de ello es el nuevo establecimiento cinco estrellas Brindos, Lac & Château, localizado junto a uno de los lagos privados más grandes de Francia, a menos de 5 y 10 km de Biarritz y Bayona, respectivamente. Con 29 habitaciones y 10 cabañas flotantes de última generación, podrás disfrutar de una estancia con máxima sostenibilidad ambiental, conectar con el entorno, saborear la mejor gastronomía vasca y disfrutar de una elegante decoración con diseños de firmas francesas y artesanos vascos, como Jean-Vier, Maison de Vacances o Spiridon Deco, entre otros.
Brindos, Lac & Château ofrece a sus huéspedes numerosas oportunidades de crear recuerdos imborrables junto al lago gracias a su spa con piscinas de hidromasaje, hammam y cabinas para tratamientos; una elegante chocolatería y una exquisita oferta culinaria creada por la chef Flora Mikula y el campeón de Francia en postres, Mathieu Mandard.
Bayona sin prisas
Situada a tan sólo 5 km del Océano Atlántico y a 8 km de Biarritz, la capital del País Vasco francés enamora por su tamaño fácilmente abarcable a pie, su gastronomía y patrimonio arquitectónico. Un destino perfecto para olvidarse del coche y disfrutar de sus facilidades en movilidad verde: peatonalización del casco histórico, carriles bici, microbuses eléctricos gratuitos, barcos-buses, tranvías… Descubre la ciudad sin prisas bordeando el río Nive hasta llegar al espacio natural de la Plaine d’Ansot y a su Museo de Historia Natural, recorre el camino de sirga que une Bayona con Ustaritz o acércate en bicicleta eléctrica hasta las playas de Anglet siguiendo las orillas del río Adour.
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