Pasamos al modo ave nocturna. Nuestras noches serán estrelladas a orillas del mar o en el campo, gastronómicas en los restaurantes de los grandes chefs, rebosantes de humor en la Ópera, burlescas en el cabaret, locas en Pigalle con las bailarinas del Moulin Rouge sobre un fondo de French Cancan y plagas de un suave vagar por ciudades desconocidas. Nada más abrir la panadería, nos haremos con los primeros croissants.