Desde el Sacré-Cœur, los monumentos más emblemáticos de París están a nuestros pies: la Torre Eiffel, Notre-Dame y el Panteón de los Grandes Hombres. Si hace bueno, quizá podamos ver el Mont-Saint-Michel, la Ciudad amurallada de Carcasona, el Palacio Papal, Notre-Dame-de-la-Garde en Marselle, los traboules o pasadizos del casco antiguo de Lyon, el anfiteatro romano de Nîmes y el castillo de Chambord. Si no, allí nos presentaremos.