Angers, estilo de vida francés en el Valle del Loira

Angers es una de esas bonitas ciudades francesas de tamaño medio, donde más allá de visitar monumentos o museos, puedes vivir el glamuroso estilo de vida francés. En la visita de Angers paseé por un centro histórico que tiene como principales ejes la gran fortificación de su castillo y la catedral, pero sobre todo disfruté de las zonas de gran ambiente de bares, restaurantes y terrazas situadas a orillas del río y en otros rincones como la plaza Ralliement.

De tapeo y cena en el mejor mirador de Angers

Una buena forma de iniciar la jornada de ocio de tarde-noche en Angers fue ir a tapear a una de las cada vez más populares tiendas de vinos, A Boire et a Manger, donde por la tarde degustas vinos ecológicos a la vez que picoteas quesos y embutidos. Y luego qué mejor que cenar en el restaurante La Reserve, un clásico en Angers, que situado en la terraza del Teatro Le Quai a orillas del río, me permitió disfrutar del mejor mirador de la ciudad para ver la panorámica del castillo y la catedral.

Plaza de Ralliement

Tras la visita de Angers tengo claro que la plaza de Ralliement es el corazón de la ciudad, tanto en lo relativo a la vida comercial durante el día, la cual se prolonga por la calle Lenepveu, como por el ambiente de ocio nocturno que se vive en las terrazas de bares y restaurantes, las cuales se extienden más allá de la plaza por la cercana calle Saint Laud. La plaza de Ralliement es el lugar idóneo para completar la jornada de turismo en Angers.

Bistrot des Carmes en el muelle de Angers

Angers también cuenta con un muelle fluvial donde se ubican terrazas de bares y restaurantes siempre muy frecuentadas, desde donde tienes unas bonitas vistas del castillo. Es un lugar idóneo para cenar, lo cual hice en el Bistrot des Carmes durante la segunda jornada en la ciudad. Se trata de un íntimo y sencillo local donde elaboran una cocina basada en productos locales elaborados, en la que las verduras y hortalizas tienen una gran presencia.

Guinguette Le Héron Carré

Me avisaron de que no habría visitado Angers si no iba a un típico guinguette angevino, bar con terraza situado a orillas de río Le Maine. Le Héron Carré es uno de los más populares. Siempre con un ambiente festivo, es un lugar para cerrar la jornada de ocio nocturno donde también puedes picotear. Además mi visita coincidió con uno de sus habituales conciertos de música en directo que estaba muy concurrido.

Cerveza artesanal Brasserie Angevine

Si eres un apasionado de las cervezas artesanales, Angers también tiene sus propias cervezas locales, como la que produce Brasserie Angevine. Si bien las encuentras en diversos bares y tiendas especializadas de Angers y alrededores, en la visita de Brasserie Angevine te explicarán cómo elaboran sus distintas variantes, haciendo hincapié en la cada vez más popular Ale.

Château Domaine du Closel

Angers se ubica en la zona vinícola del Valle del Loira, lo que fue una invitación a montarme en una bicicleta para seguir los senderos señalizados junto al río y llegar a Domaine du Closel. Tras visitar sus viñedos, en una agradable velada con la propietaria en el jardín del chateau, pude degustar sus vinos blancos de la Denominación de Origen Savenniéres.

El castillo, la visita imprescindible en Angers

Disfrutar del ambiente de ocio no me impidió hacer una visita imprescindible, su castillo. Me impresionó la majestuosidad de sus murallas con 17 torres, y me sorprendió encontrar en el interior del recinto amurallado unos jardines de estilo francés. Aparte de recorrer las murallas para disfrutar de las mejores panorámicas de la ciudad sobre el río, descubrí la gran joya artística del siglo XIV que es el impresionante Tapiz del Apocalipsis, con sus 103 metros de largo.