Acompañamos a Blanca en su fin de semana en Lyon

Nos alojamos en una emblemática torre de la ciudad con casi 165 m de altura, ¡uno de los hoteles más altos de toda Europa! Es el Radisson Blu****, un hotel muy moderno, con una vista espectacular, ¡estamos en la planta 36! Disfrutamos de un magnífico atardecer, como ya me habían adelantado, ¡Lyon tiene una luz muy especial!

Decidimos ir caminando hacia el centro de Lyon para cenar. Cruzamos el río Ródano para llegar en el barrio de la Presqu'ile, cerca de la plaza de los Jacobinos y su bella fuente. Degustamos una crepe en un bonito sitio, en la crepería L'Écho des Galets. Nos quedamos en la terraza, hace una temperatura ideal: tomamos crepes dulces y saladas acompañadas de una ensalada. Las calles están llenas de vida, hay mucha juventud y mucha gente en los bares y bistrots. Dar un paseo por la noche por el Ródano y el Saona y sus puentes y edificios iluminados no puede faltar. Los reflejos en el agua son para recordar.

Por la mañana las vistas panorámicas desde la ventana de la habitación del hotel son admirables. Bajamos a desayunar al buffet donde nos están esperando unas buenísimas madalenas y unos crujientes croissants. Bon appétit!

Gracias a las tarjetas Lyon CityCard (Enlace externo) nos podemos desplazar gratis por toda la ciudad, en tranvía y bus… y nos vamos a una de las plazas más grandes de Europa, la plaza Bellecour, donde hay música y buen ambiente. Aquí se encuentra la Oficina de turismo, delante del Hotel Royal, donde nos atienden fenomenal, en castellano además.

Siguiendo las recomendaciones de la Oficina de Turismo de Lyon, subimos a la colina de Fourvière y visitamos su basília. Hace un sol espectacular para pasear por el Vieux Lyon. Pasamos delante de la catedral de San Juan, que merece la pena ver por su reloj astronómico. En la plaza además hay un mercadillo y en las callejuelas que la rodean preciosas tiendas de juguetes, de caramelos, pastelerías, pubs…
Seguimos subiendo hasta llegar a la colina de Fourvière. Es difícil explicar con palabras la sensación de haber tenido la oportunidad de conocer los techos de la Basílica de Fourvière, cubiertos por bellos mosaicos, y ver tan de cerca el esplendor de la decoración de la misma.

Para volver nos enteramos de que hay un funicular entre el Vieux Lyon y Fourvière, ¡es mucho más fácil y rápido!
Nos decidimos a ir a paladear la conocida comida Lyonesa en un emblemático “Bouchon Lyonnais”, Aux Trois Maries, que debe su nombre a Marie Madeleine, Marie de Salomé y Marie Jacobé, de la historia bíblica.
Lyon disfruta de un reconocimiento mundial gracias al chef Paul Bocuse y es una gran ciudad gastronómica.

Junto al Ayuntamiento, desde la Place des Terreaux esperamos la visita guiada incluida en la Lyon City Card, también aprovechamos un paseo cultural por el Museo de Bellas Artes con nuestro pass. Una de las curiosidades más especiales de la ciudad de Lyon son los traboules. Se trata de pasadizos interiores que comunican dos calles paralelas o perpendiculares, esconden bonitos patios, torres y fachadas medievales. ¡Aconsejo su visita con guía!

Y por fin en la Presqu’Ile, cenamos en el bouchon Aux 3 cochons, en la rue des Marroniers, a dos pasos de Bellecour. Nos ofrece un delicioso manjar.

Este bouchon forma parte de los algunos 20 restaurantes reconocidos como autentícos "Bouchons de Lyon" y recomendados por la Oficina de Turismo de Lyon. ¡Una garantía de degustar lo mejor de la capital mundial de la gastronomía!

Volvemos a nuestro hotel Radisson Blu, cuyas habitaciones también hay que destacar por su gran comodidad sin olvidar la gran amabilidad de la mayoría del personal.

El domingo tenemos planeado coger el crucero con el barco Lyon City Boat incluido en la Lyon City Card, para poder ver toda la ciudad desde el río ya que algunas calles están cortadas por el Desfile por la paz, ¡Lyon es una ciudad con mucha actividad! Su mayor evento es La Fiesta de las Luces, durante el Puente de diciembre, unos días donde los edificios son adornados con proyecciones y luces.
Somos muy bienvenidos a bordo, ya que el capitán es mejicano y la guía hace el esfuerzo de explicarse también en español. Se puede ver desde el Museo de las Confluencias hasta la Basílica de Fourviere, contemplando los bellos lugares y monumentos de Lyon desde el barco navegando por el Rhône (Rodano) y el Saône (Saona) pasando por sus preciosos y variados puentes, ¡Lyon tiene nada menos que 31 puentes!

Aún me falta por apuntar el monumento a Antoine de Saint-Éxupéry, personaje nacido en Lyon y famoso autor del Principito. Da su nombre al aeropuerto de la ciudad donde hay una enorme estatua del aviador y también tiene un monumento en la plaza Bellecour acompañado del principito. Nos tenemos que ir de vuelta ya, cogemos el avión para Madrid y se va acabando un fin de semana sin igual, ¡lleno de nuevas emociones!

Muchas gracias a la Oficina de Turismo de Lyon, Iberia Regional Air Nostrum, al Hotel Radisson Blu, al Bouchon Aux Trois cochons y ante todo y sobre todo a France.fr. ¡Volveremos!
Au revoir !