Brest, tierras oceánicas

El puente de la recouvrance, le cours Dajot en Brest.

En el extremo oeste de Bretaña, la ciudad de Brest mira directo al mar. Y el puerto civil y militar invitan a hacer lo mismo a lo largo de su famosa bahía, una de las más bellas de Europa, donde sentirá los placeres de la brisa marina de las islas y la costa atlántica.

En Brest, el mar en la mirada

Desde el puerto de Brest, sumérjase en las calles de la ciudad que creció alrededor de su arsenal, construido en 1631 por Richelieu, en las orillas del río Penfeld.

Incluso hoy en día, la base naval sigue siendo el motor económico de la ciudad que fue completamente reconstruido después de los bombardeos de 1944.

Paseando por el centro de la ciudad, descubra el monumento más antiguo de la ciudad, el Castillo de Brest... de diecisiete siglos de antiguedad. Alberga el Museo Marítimo, donde se expone toda la historia militar de la ciudad, incluyendo una colección de maquetas de barcos.

Otros 3 museos completan el paisaje cultural bretón:

  • El museo de la Torre Tanguy: en la torre del mismo nombre, una colección de dioramas que representan la ciudad de Brest, en la víspera de la Segunda Guerra Mundial;
  • Océanopolis, único en Europa, este parque dedicado a los océanos te sumerge en la exploración de los mares del globo mediante la combinación de un enfoque científico y puestas en escena espectaculares;
  • El Museo de Bellas Artes, la meca de la pintura europea desde finales del siglo XVI hasta la actualidad.

Sitios naturales notables

Alrededor de Brest, la naturaleza salvaje se impone.

Visitar la Pointe Saint-Mathieu, uno de los promontorios más occidentales de Europa, o el archiélago de Molène-Ouessant clasificado como "Reserva de la Biosfera" por la UNESCO.

La bahía de Brest, excelente espacio para paseos en barco, o el pueblo de pescadores Meneham también le seducirán.

Gastronomía bretona

Las riquezas del mar son suficientes para satisfacer los paladares más exigentes: cigalas, ostras, almejas, camarones, bígaros ... son los ricos platos de marisco.

No podemos olvidar las galettes las tortas de trigo y las crepes bretonas que conquistaron el mundo.

Para el postre, el kouign Amann (literalmente "pastel a la mantequilla") o el far bretón... regado con sidra, sabrán satisfacer el gusto de los más golosos.

Cita en Brest, en Bretaña