Explorando Le Havre, ciudad de diseño y creatividad

Le Havre es una ciudad enorme y la arquitectura contemporánea de su centro cuenta con el estatus de Patrimonio Mundial de la UNESCO en reconocimiento de su excepcional diseño urbano a gran escala. Se trata de una ciudad vibrante y alegre, una visita fascinante para disfrutar de un ambiente realmente innovador…

La modernidad de la ciudad

El casco urbano de Le Havre es una obra de arte de la planificación moderna. Tras los grandes daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, el proyecto de reconstrucción fue supervisado por Auguste Perret, profesor de Le Corbusier y un verdadero amante del hormigón armado. No hay ningún otro sitio como este en toda Francia. Las vistas desde la 17.ª planta del ayuntamiento revelan los amplios bulevares y los bloques de apartamentos de hormigón. La avenida Foch fue diseñada como unos Campos Elíseos modernos, pero con mayor amplitud. De hecho, todo aquí es monumental. La iglesia de Saint-Joseph, diseñada por Perret, parece utilitaria desde el exterior, pero su aguja que recuerda a un cohete de 107 metros de longitud se alza como una marca de referencia local. En su interior, 12.768 ventanas de vidrio tintado crean un ambiente etéreo y acogedor. Por su parte, los bloques de apartamentos cuentan con un robusto estilo propio.

Un piso piloto histórico

En 1949, Auguste Perret creó un piso piloto para que la gente pudiera ver lo que proponía para la reconstrucción de Le Havre. El piso piloto recreado en 2005 muestra lo visionario que fue. Los muebles ensamblables del estilo de la década de 1950 son prácticos a la vez que atractivos y el espacio, de 99 m², ha sido dispuesto con gran gusto. Una caldera en cada bloque proporcionaba una cantidad suficiente para calentar todos sus pisos a través de un sistema de canalizaciones. El uso de puertas dobles y plegables permite que el apartamento sea bañado por la luz especial de Le Havre a la vez que se puede optar por una mayor privacidad. Cada apartamento contaba con baño propio en una época en que muchas casas todavía disponían de retretes en el exterior y bañeras de latón colgadas de una pared (incluso durante décadas después). Tal y como puede verse en este maravilloso piso museo, la visión de Perret ha tenido influencia en todo el mundo.

Taller de Cyrille Plate

Le Havre es una ciudad que ha inspirado desde hace tiempo a artistas atraídos por su luminosidad y sus paisajes costeros. Aquí fue donde Monet pintó Impresión, sol naciente, una vista del puerto de Le Havre con la que se inició el movimiento impresionista. La ciudad sigue inspirando a artistas como Cyrille Plate, cuyo estudio se encuentra atestado con una mezcla ecléctica de sus obras. Es un apasionado de los robots desde niño y, tras haber creado obras de arte de esta temática durante 20 años, ahora se centra en el arte experimental empleando distintos materiales como el efecto de la luz a través de fibras textiles. Le encanta usar materias primas y recicladas, como señales de tráfico, para crear obras memorables, a menudo ingeniosas y siempre provocadoras, inspiradas en su entorno.

Arte en el corazón de Le Havre

La arquitectura de Le Havre inspira a diversos tipos de artistas. En la galería/tienda Mascarade, el artista Mascarade representa importantes lugares de interés de Le Havre en sus intricadas pinturas. Si buscas un gran souvenir inspirado en los monumentos del patrimonio de Le Havre, prueba la tienda LoHo, donde encontrarás grandes regalos, LH Concept si buscas camisetas modernas, y La Galerne para libros sobre Le Havre, incluidas las obras del artista Pierre Lenoir Vaquero, que cuenta con una fabulosa galería de arte/tienda de cerveza en la ciudad. Un lugar de interés que se muestra habitualmente es el extraordinario Les Bains des Docks, un centro acuático diseñado por el legendario arquitecto Jean Nouvel. No te pierdas la oportunidad de bañarte en una de sus doce piscinas cuando visites Le Havre. El centro es sorprendentemente hermoso. Si buscas una estancia en un ambiente de los años cincuenta, el hotel Oscar te lleva atrás en el tiempo con su decoración vintage.

Biblioteca Niemeyer

Te detendrás con sorpresa cuando veas los volcanes del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, los cuales dan nombre al centro cultural de Le Havre. Los lugareños llaman al volcán grande «el vaso de yogur», lo cual no nos sorprende al observar su blanco puro, sus pendientes deslizantes y su cima plana. El volcán pequeño, renovado hace poco, alberga actualmente la biblioteca pública y es tan extraordinario en su interior como en su exterior. Cualquiera puede —y debería— entrar para disfrutar de su excepcional diseño interior, donde por supuesto destaca el hormigón manteniendo el estilo arquitectónico de Le Havre. Es como estar en una nave espacial con ventanillas escarbadas en las gruesas paredes, asientos de la era espacial en colores brillantes y una majestuosa escalera. Este centro, donde se organizan regularmente exposiciones y que cuenta también con una moderna cafetería, probablemente sea una de las bibliotecas más sorprendentes del mundo.

Un paseo por la playa

Tras un corto paseo desde el centro de la ciudad llegamos a la playa de Le Havre, cuyos 2 km de arena y guijarros son un gran imán para los lugareños y los turistas conocedores de este paraje. La playa cuenta con la mayor pista de patinaje libre de Francia (es legendaria entre los skaters) y en verano se puede disfrutar de los deportes acuáticos, actividades de ocio y restaurantes temporales. Me encantó ir a tomar algo y ver la puesta del sol desde la terraza del bar y restaurante Le Bout du Monde en el distrito de Sainte-Adresse, inmediatamente adyacente al centro de la ciudad. Aquí podemos encontrar alojamientos y viejas casas sobre las colinas de Cap de la Hève, la puerta de entrada a la costa Alabaster. Se trata de un magnífico lugar para beber algo mientras disfrutamos de las espectaculares vistas al mar, tal y como le encantaba hacer a Monet.

Sitios para comer

Damian Tither es un australiano que, tras haberse asentado en un primer momento en París, llegó a Le Havre y dijo: «Acabo de enamorarme de la arquitectura, la luz, la cultura y el ambiente». Dejando atrás la Ciudad de la Luz, en mayo de 2019 abrió las puertas de su restaurante L’Architecte, en el recientemente renovado muelle de Southampton, donde podemos degustar su cocina (y el vino) de Australia. Popular para tomar café, comer y cenar, cuenta con un menú variado en el que destacan platos de estilo australiano como el pollo a la cerveza y el cerdo desmigado, además de otras opciones vegetarianas y de influencia asiática. El restaurante ha conservado la elegante estructura de hormigón de su interior: «un guiño a Perret», afirma Damian. En su exterior encontramos una gran terraza sobre el muelle con unas fascinantes vistas en primera línea de los inmensos barcos que surcan el mar.

El restaurante Les Enfants Sages (los niños sabios) se encuentra en una antigua casa de profesores construida en 1905. Las habitaciones se han convertido en comedores individuales que han sido decorados para reflejar su anterior uso. No fue fácil elegir qué comer entre el magnífico menú. ¡Me tentaban muchas cosas! Se trata de cocina francesa clásica, al estilo de Lyon, pero con un toque nuevo. Es un restaurante sin pretensiones y de ambiente distendido, con una gran atmósfera que hace que resulte muy popular entre los lugareños, por lo que es recomendable reservar (puedes hacerlo a través de su página web). Cuenta también con un maravilloso jardín oculto y una bonita terraza. El antiguo patio escolar resulta perfecto para un té por la tarde, para beber algo acompañado con unas tapas o para tomar un cóctel.

El restaurante Au Caïd es toda una institución en Le Havre. Inaugurado en 1954, se trata de uno de los principales puntos de reunión de los lugareños y cuenta con un magnífico bar con terraza. El interior al estilo de los años cincuenta resulta coqueto y acogedor. De hecho, se trata de un edificio protegido y no se permite realizar modificaciones en él. Situado junto al piso piloto de Perret y con vistas a los famosos volcanes, resulta un lugar ideal para tomar un aperitivo o para comer uno de sus platos del día frescos y de temporada.

Sitios para alojarse: hotel Nomad

El hotel Nomad ocupa un edificio de llamativa arquitectura junto a la estación de ferrocarril (y parada de tranvías) de Le Havre, a poca distancia andando desde el centro de la ciudad. Me encantaron las habitaciones de alta tecnología, con cabinas de ducha iluminadas en colores extravagantes, y su clara orientación hacia el respeto al medioambiente. Las alfombras de los pasillos están hechas de redes de pesca recicladas, los muebles de madera proceden de bosques sostenibles, las camas súper cómodas utilizan sábanas de algodón sin tratar, el agua se calienta con energía solar, las cisternas de los baños se surten de agua de lluvia y puedes colocar la cama donde prefieras, algo que sin duda encantará a los amantes del Feng Shui. Este es el futuro de los hoteles y algo típico de Le Havre: innovador, atrevido y dinámico.

Cita en Le Havre, en Normandía